Dios m o, Dios m o, ¿por qué me has desamparado, ajeno a mi socorro y mis gemidos?
Cantares 3:1 - Biblia Castilian 2003 En mi lecho, en la noche, buscaba yo al amado de mi alma: lo buscaba y no lo hallé. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma; Lo busqué, y no lo hallé. Biblia Nueva Traducción Viviente Una noche, mientras estaba en mi cama, suspiré por mi amado; suspiraba por él, pero él no venía. Biblia Católica (Latinoamericana) Sobre mi lecho, por las noches,
yo buscaba al amado de mi alma.
Lo busqué y no lo hallé. La Biblia Textual 3a Edicion Por las noches en mi lecho, Buscaba al que ama mi alma. Lo busqué, pero no lo hallé. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En mi lecho, en la noche, buscaba yo al amado de mi alma: lo buscaba y no lo hallé. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma: Lo busqué, y no lo hallé. |
Dios m o, Dios m o, ¿por qué me has desamparado, ajeno a mi socorro y mis gemidos?
Sabed que el Se or distingue a sus amados, que él me escucha al invocarle.
No se tiene de ti memoria entre los muertos, y en el seol, ¿quién puede darte gracias?
Dime, amado de mi alma, dónde apacientas el reba o, dónde sestea al mediod a, para que no vague perdida tras la grey de tus zagales.
Abr a mi amado; mas mi amado se hab a ido ya, se hab a marchado. Mi corazón salió tras el eco de sus pasos: le busqué y no le hallé.
Muchachas de Jerusalén, yo os conjuro: si encontráis a mi amado ¿qué le habéis de decir? Que estoy enferma de amor.
Con mi alma te ans o de noche, con mi esp ritu te busco en mi pecho; porque cuando lucen tus juicios en la tierra, aprenden justicia los habitantes del orbe.
'Esforzaos por entrar por la puerta estrecha; que muchos - os lo digo yo - intentarán entrar, pero no lo conseguirán.
Por tercera vez le pregunta: 'Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?'. Pedro sintió pena cuando Jesús le dijo por tercera vez '¿me quieres?' y le respondió: 'Se or, tú lo sabes todo, tú conoces bien que te quiero'. D cele Jesús: 'Apacienta mis ovejas.
Sin haberlo visto, lo amáis; y sin verlo por ahora, pero creyendo en él, experimentáis un gozo inefable y glorioso