Estaban all los tres hijos de Servia: Joab, Abisay y Asael. Asael ten a unos pies tan ligeros como los de una gacela del campo.
Cantares 2:9 - Biblia Castilian 2003 Mi amado se parece a la gacela o a un cervatillo. Allá está parado detrás de la cerca, observando por ventanas, atisbando a través de celos as. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mi amado es semejante al corzo, O al cervatillo. Helo aquí, está tras nuestra pared, Mirando por las ventanas, Atisbando por las celosías. Biblia Nueva Traducción Viviente Mi amante es como una gacela veloz o un venado joven. ¡Miren! Allí está, detrás del muro, asomándose por la ventana, mirando dentro de la habitación. Biblia Católica (Latinoamericana) brincando por los cerros, mi amado,
como una gacela o un cabrito.
Ahora se detiene detrás de nuestra cerca,
y se pone a mirar por las ventanas,
a espiar por las rejas. La Biblia Textual 3a Edicion Mi amado es como la gacela o el cervatillo. ¡Mirad! Está tras nuestro muro, Mirando por las ventanas, Atisbando por las celosías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mi amado se parece a la gacela o a un cervatillo. Allá está parado detrás de la cerca, observando por ventanas, atisbando a través de celosías. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mi amado es semejante al corzo, o al cervatillo. He aquí, está tras nuestra pared, mirando por las ventanas, mostrándose por las celosías. |
Estaban all los tres hijos de Servia: Joab, Abisay y Asael. Asael ten a unos pies tan ligeros como los de una gacela del campo.
cierva preciosa, linda gacela. Que siempre te embriaguen sus encantos y siempre estés prendado de su amor.
sálvate como una gacela de la trampa, como un pájaro de manos del cazador.
¡Qué hermoso eres, amado m o, qué dulce delicia! Nuestro lecho es de fronda.
Hasta que expire el d a y las sombras se alarguen, vuelve, amado m o, igual que la gacela o como el cervatillo, por los montes de Béter.
Muchachas de Jerusalén, yo os conjuro por las gacelas y las ciervas de los campos: no despertéis ni desveléis a mi amor hasta que quiera.
Muchachas de Jerusalén, yo os conjuro por las gacelas y las ciervas de los campos: no despertéis ni desveléis a mi amor hasta que quiera.
Date prisa, amado m o, y sé cual la gacela o como el cervatillo por los montes de los bálsamos.
Entonces ellos refirieron lo que les hab a sucedido en el camino y cómo lo hab an reconocido al partir el pan.
Vosotros investigáis las Escrituras, porque en ellas pensáis tener vida eterna. Pues son ellas, precisamente, las que dan testimonio de m.
Porque, si creyerais en Moisés, también creer ais en m, porque acerca de m escribió él.
Porque, ahora vemos mediante un espejo, borrosamente; entonces, cara a cara. Ahora conozco de modo parcial, entonces conoceré plenamente, con la perfección con que soy conocido.
Conteniendo, en efecto, la ley sólo una sombra de los bienes futuros, no la reproducción exacta de las realidades, nunca puede, con los sacrificios, siempre los mismos, ofrecidos sin cesar, a o tras a o, perfeccionar a los que se acercan a ellos.
Yo ca a sus pies para adorarlo. Pero me dijo: 'No hagas eso. Consiervo tuyo soy y de tus hermanos, que tienen el testimonio de Jesús. A Dios has de adorar'. Pues el testimonio de Jesús es el esp ritu de profec a.
A la ventana se asoma y atisba, tras las celos as, la madre de S sara: ¿Por qué su carro tarda en llegar? ¿Por qué se retrasan sus carros de combate?