¡Ay de m, que debo en Mésec residir, en las tiendas de Quedar hacer morada!
Cantares 1:5 - Biblia Castilian 2003 Soy morena, pero hermosa, hijas de Jerusalén, como las tiendas de Quedar, como los pabellones de Salmá. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable Como las tiendas de Cedar, Como las cortinas de Salomón. Biblia Nueva Traducción Viviente Soy morena pero hermosa, oh mujeres de Jerusalén, morena como las carpas de Cedar, morena como las cortinas de las carpas de Salomón. Biblia Católica (Latinoamericana) Soy morena, pero bonita,
hijas de Jerusalén,
como las carpas de Quedar,
como las carpas de Salomón. La Biblia Textual 3a Edicion Hijas de Jerusalem, Soy negra,° pero codiciable, Como las tiendas de Cedar, Como las cortinas de Salomón. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Soy morena, pero hermosa, hijas de Jerusalén, como las tiendas de Quedar, como los pabellones de Salmá. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable; como las cabañas de Cedar, como las cortinas de Salomón. |
¡Ay de m, que debo en Mésec residir, en las tiendas de Quedar hacer morada!
Mirra, áloe y casia son todos tus vestidos, y en las estancias de marfil la música te alegra.
Sobre nosotros vengan las dulzuras del Se or, de nuestro Dios. Consolida en nosotros la acción de nuestras manos, la acción de nuestras manos fortalece.
Paloma m a que anidas en las grietas de la roca, en los huecos escarpados, déjame ver tu figura, hazme sentir tu voz; que tu voz es suave, tu figura, graciosa.
Muchachas de Jerusalén, yo os conjuro por las gacelas y las ciervas de los campos: no despertéis ni desveléis a mi amor hasta que quiera.
sus columnas son de plata, su respaldo de oro, su asiento de púrpura, su interior tapizado con amor por las jóvenes de Jerusalén.
Muchachas de Jerusalén, yo os conjuro por las gacelas y las ciervas de los campos: no despertéis ni desveléis a mi amor hasta que quiera.
Tus labios, como cinta de escarlata y tu boca graciosa. Tus mejillas, como mitades de granada a través de tu velo.
Su boca es la dulzura y todo él deseable. Tal es mi amado, as es mi compa ero, muchachas de Jerusalén.
Muchachas de Jerusalén, yo os conjuro: si encontráis a mi amado ¿qué le habéis de decir? Que estoy enferma de amor.
Eres bella, amiga m a, como Tirsá, como Jerusalén, llena de gracia, terrible como ejército formado bajo las banderas.
Muchachas de Jerusalén, yo os conjuro: no despertéis ni desveléis a mi amor hasta que quiera.
Que as me ha dicho el Se or: 'Dentro de un a o, como a o de jornalero, acabará toda la gloria de Quedar,
Creció como un pimpollo ante él, como una ra z en tierra seca. No ten a forma ni belleza para que nos fijáramos en él, ni aspecto para que le apreciáramos;
Todas las ovejas de Quedar se reunirán junto a ti, los carneros de Nebayot te servirán de sacrificio, subirán para mi complacencia sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.
Con inmenso gozo me gozaré en Yahveh; exulta mi alma en mi Dios, pues me vistió con ropas de salvación, con manto de justicia me cubrió, como el novio se coloca la corona y como la novia se adorna con sus joyas.
Se divulgó tu fama por las naciones a causa de tu belleza, aún más resaltada por las galas que yo puse en ti - oráculo del Se or Yahveh.'
Arabia y todos los pr ncipes de Quedar comerciaban a tu servicio con corderos, carneros y machos cabr os.
Ya es bastante que el disc pulo llegue a ser como su maestro, y el esclavo como su se or. Si al se or de la casa lo han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a los que viven con él!
Cuando entró el rey a ver a los comensales, descubrió all a uno que no estaba vestido con traje de ceremonia
¡Jerusalén, Jerusalén: la que mata a los profetas y apedrea a los que fueron enviados a ella! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos como la gallina a sus polluelos bajo sus alas! Pero vosotros no quisisteis.
Pero el padre ordenó a sus criados: 'Inmediatamente, traed el vestido más rico y ponédselo; ponedle también un anillo en la mano y sandalias en los pies.
Al contrario, revest os del Se or Jesucristo y no pongáis vuestro afán en la satisfacción de los deseos de la carne.
Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que en él llegáramos nosotros a ser justicia de Dios.
Ved qué gran amor nos ha dado el Padre: que nos llamemos hijos de Dios. ¡Y lo somos! Por eso no os conoce el mundo, porque no lo conoció a él.