Apocalipsis 8:7 - Biblia Castilian 2003 Tocó el primero. Hubo granizada y fuego mezclado con sangre, que fueron arrojados sobre la tierra y quedó abrasada la tercera parte de la tierra; abrasada la tercera parte de los árboles, abrasada toda la hierba verde. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde. Biblia Nueva Traducción Viviente El primer ángel tocó su trompeta, y granizo y fuego mezclados con sangre fueron lanzados sobre la tierra. Se incendió la tercera parte de la tierra, y se quemó la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde. Biblia Católica (Latinoamericana) Tocó el primero, y se produjo granizo y fuego mezclado con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra: se quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles ardió y toda la hierba verde se abrasó. La Biblia Textual 3a Edicion El primero tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego° mezclados con sangre, y fueron lanzados a la tierra; y la tercera parte de la tierra fue quemada, y la tercera parte de los árboles fue quemada, y toda hierba verde fue quemada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tocó el primero. Hubo granizada y fuego mezclado con sangre, que fueron arrojados sobre la tierra y quedó abrasada la tercera parte de la tierra; abrasada la tercera parte de los árboles, abrasada toda la hierba verde. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, y fueron arrojados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles fue quemada, y toda la hierba verde fue quemada. |
Luego de salir Moisés de casa del Faraón y de la ciudad, extendió las manos hacia Yahveh, cesaron los truenos y el granizo y no cayó más lluvia sobre la tierra.
¡Mirad! Un fuerte y poderoso de parte del Se or, como turbión de granizo, como tempestad devastadora, como tormenta de aguas potentes, desbordantes, los arroja por tierra con violencia.
por Yahveh Sebaot serás visitada con trueno y terremoto, con enorme estruendo, con tormenta, tempestad y llama de fuego devorador. (5ab) Será como polvo menudo la horda de tus orgullosos, como tamo que pasa la horda de los poderosos.
Yahveh hará o r la majestad de su voz, y él hará ver el desplome de su brazo con furia de ira y llama de fuego devorador, chubasco y aguacero y piedra de granizo.
Entablaré un juicio con él por medio de la peste y de la sangre, y haré llover sobre él, sobre sus hordas y sobre los pueblos numerosos que están con él, una tromba torrencial: granizo, fuego y azufre.
Pues sale el sol, viene el viento abrasador, seca la hierba, se le cae la flor y se estropea su bello aspecto. As se marchitará también el rico en sus empresas.
Cuando hu an ante Israel por la pendiente de Bet Jorón, lanzó Yahveh desde el cielo sobre ellos una gran granizada hasta Azecá. Y fueron muchos más los que murieron por la granizada que los que mataron a espada los israelitas.
Porque: Todo mortal es hierba y toda su gracia como flor del campo. Se seca la hierba, se marchita la flor,
Su cola barre la tercera parte de las estrellas del cielo y las arroja a la tierra. El dragón se detuvo ante la mujer que estaba a punto de alumbrar, para devorar a su hijo en cuanto lo diese a luz.
Marchó el primero y derramó su copa sobre la tierra. Y sobrevino una úlcera maligna y dolorosa a los hombres que ten an la marca de la bestia y que adoraban su imagen.
y una enorme granizada, como de talentos, cae del cielo sobre los hombres. Los hombres entonces blasfemaron de Dios por la plaga de la granizada, porque la plaga fue realmente terror fica.
Miré y apareció un caballo bayo; su jinete ten a por nombre la Peste, y le acompa aba el Hades. Les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra para matar con espada, con hambre o con peste y con las fieras de la tierra.
Después vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro confines de la tierra, que reten an los cuatro vientos de la tierra para que no soplara viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.
Fueron soltados los cuatro ángeles, preparados para aquella hora y d a y mes y a o, para que mataran a la tercera parte de los hombres.
Por estas tres plagas murió la tercera parte de los hombres: por el fuego, el humo y el azufre que brotaba de sus fauces.
Se les ordenó que no da asen la hierba de la tierra, ni nada verde ni árbol alguno, sino sólo a los hombres que no tienen el sello de Dios sobre sus frentes.