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Apocalipsis 8:5 - Biblia Castilian 2003

Tomó el ángel el incensario, lo llenó de ascuas del altar y lo arrojó sobre la tierra. Y hubo truenos y voces y relámpagos y terremoto.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces el ángel llenó el recipiente para quemar incienso con fuego del altar y lo lanzó sobre la tierra; y hubo truenos con gran estruendo, relámpagos y un gran terremoto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Después, el ángel tomó su incensario, lo llenó con brasas del altar y las arrojó sobre la tierra: hubo tremendos truenos, relámpagos y terremotos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y el ángel tomó° el incensario, y lo llenó del fuego del altar,° y lo arrojó a la tierra;° y hubo truenos, y voces, y relámpagos y un terremoto.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tomó el ángel el incensario, lo llenó de ascuas del altar y lo arrojó sobre la tierra. Y hubo truenos y voces y relámpagos y terremoto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo voces, y truenos, y relámpagos, y terremotos.

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Lòt tradiksyon



Apocalipsis 8:5
24 Referans Kwoze  

Le dijo Yahveh: 'Sal y ponte en pie en el monte ante Yahveh'. Pasó entonces Yahveh, mientras soplaba un viento huracanado que hend a los montes y quebraba las pe as ante Yahveh; pero no estaba Yahveh en el huracán. Después del huracán hubo un terremoto; pero no estaba Yahveh en el terremoto.


Al fulgor de su presencia, se transforman las nubes en granizo y brasas encendidas.


Al tercer d a, cuando llegó la ma ana, hubo truenos y relámpagos y una espesa nube sobre el monte, y un sonido de cuerno muy fuerte. Se echó a temblar todo el pueblo que estaba en el campamento.


por Yahveh Sebaot serás visitada con trueno y terremoto, con enorme estruendo, con tormenta, tempestad y llama de fuego devorador. (5ab) Será como polvo menudo la horda de tus orgullosos, como tamo que pasa la horda de los poderosos.


Yahveh hará o r la majestad de su voz, y él hará ver el desplome de su brazo con furia de ira y llama de fuego devorador, chubasco y aguacero y piedra de granizo.


¡Una voz en la urbe! ¡Una voz en el templo! Es Yahveh, que ajusta las cuentas a sus enemigos.


Afilad las flechas, llenad las aljabas. Yahveh excita el esp ritu de los reyes de Media, pues su plan sobre Babel es destruirla; porque ésta es la venganza de Yahveh, la venganza de su templo.


Luego tomará de encima del altar que está delante de Yahveh un brasero repleto de brasas encendidas y dos pu ados llenos de incienso aromático pulverizado y lo llevará todo detrás del velo.


Huiréis por el valle de mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta Yasol. Huiréis, como huisteis del terremoto en tiempo de Oz as, rey de Judá. Entonces vendrá Yahveh, mi Dios, y todos los consagrados con él.


Efectivamente, se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá hambres y terremotos en diversos lugares.


Fuego he venido a echar sobre la tierra. ¡Y cuánto desear a que ya estuviera ardiendo!


De repente sobrevino un gran terremoto que hizo temblar los cimientos de la cárcel. Al instante se abrieron todas las puertas y a todos se les soltaron los grilletes.


Mientras as oraban, retembló el lugar donde estaban reunidos y, llenos todos del Esp ritu Santo, proclamaban con valent a la palabra de Dios.


En aquel momento se produjo un gran terremoto; se derrumbó la décima parte de la ciudad y murieron por el terremoto siete mil personas. Los demás quedaron quedaron sobrecogidos de espanto y dieron gloria al Dios del cielo.


Se abrió el santuario de Dios que está en el cielo y apareció el arca de su alianza en su santuario. Y hubo relámpagos y voces y truenos y terremoto y una gran granizada.


Del trono salen relámpagos y voces y truenos. Ante el trono están ardiendo siete antorchas de fuego, que son los siete esp ritus de Dios.


Cuando abrió el sexto sello, vi sobrevenir un gran terremoto, el sol se volvió negro como un tejido de crin, la luna, toda ella se volvió de sangre


Vino otro ángel y se puso en pie, junto al altar, con un incensario de oro. Se le dio gran cantidad de incienso para que lo ofreciese, junto con las oraciones de todo el pueblo santo, sobre el altar de oro que está delante del trono.