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Apocalipsis 6:11 - Biblia Castilian 2003

Se les dio a cada uno una túnica blanca y se les dijo que estuvieran tranquilos todav a un poco de tiempo, hasta que se completase el número de sus consiervos y de sus hermanos, que ser an asesinados igual que ellos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces a cada uno de ellos se le dio una túnica blanca, y se les dijo que descansaran un poco más hasta que se completara el número de sus hermanos, los consiervos de Jesús que se unirían a ellos después de morir como mártires.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces se les dio a cada uno un vestido blanco y se les dijo que esperaran todavía un poco, hasta que se completara el número de sus hermanos y compañeros de servicio, que iban a ser muertos como ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y a cada uno le fue dada una túnica blanca, y les fue dicho que descansaran aún un poco de tiempo, hasta que se completara el número° de sus consiervos, el de sus hermanos que debían ser asesinados también como ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Se les dio a cada uno una túnica blanca y se les dijo que estuvieran tranquilos todavía un poco de tiempo, hasta que se completase el número de sus consiervos y de sus hermanos, que serían asesinados igual que ellos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y les fueron dadas vestiduras blancas a cada uno de ellos, y les fue dicho que reposasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.

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Lòt tradiksyon



Apocalipsis 6:11
19 Referans Kwoze  

Mas tú, vete y descansa. Al final de los d as te levantarás para recibir tu parte'.


El hermano entregará a la muerte al hermano y el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra sus padres y les darán muerte.


Pero el padre ordenó a sus criados: 'Inmediatamente, traed el vestido más rico y ponédselo; ponedle también un anillo en la mano y sandalias en los pies.


Os echarán de las sinagogas; más aún, llega la hora en que todo aquel que os mate creerá dar culto a Dios.


Pero yo en nada estimo la vida, que sólo considero valiosa para terminar mi carrera y el ministerio que recib del Se or Jesús de anunciar el evangelio de la gracia de Dios.


mientras que vosotros, los atribulados, encontraréis, junto con nosotros, el debido reposo, cuando el Se or Jesús aparezca bajando del cielo con sus poderosos ángeles,


He combatido el buen combate, he llegado a la meta de la carrera, he guardado la fe.


porque Dios ten a previsto, con respecto a nosotros, algo aún mejor, de suerte que ellos no llegaran sin nosotros a la consumación.


a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, al Dios juez del universo, a los esp ritus de los justos llegados a la consumación,


Porque el que entra en el descanso de Dios descansa de sus obras, como Dios descansa de las suyas.


Y juró por el que vive por los siglos de los siglos, el que creó el cielo y lo que en él hay, y la tierra y lo que en ella hay, y el mar y lo que en él hay, que no habrá más tiempo;


Se le concedió infundir esp ritu en la imagen de la bestia y que la imagen de la bestia pudiera hablar y pudiera condenar a la muerte a cuantos no adoraran la imagen de la bestia.


Y o una voz del cielo que dec a: 'Escribe: 'Dichosos ya desde ahora los que mueren en el Se or'. S, dice el Esp ritu, que descansen de sus fatigas, pues sus obras los acompa an'.


Vi que la mujer estaba ebria de la sangre del pueblo santo y de la sangre de los testigos de Jesús. Su visión me dejó estupefacto.


Yo le respond: 'Se or m o, tú lo sabes'. Él me dijo: 'Éstos son los que vienen de la gran tribulación, han lavado sus vestidos y los han blanqueado en la sangre del Cordero.


Después miré y apareció una muchedumbre inmensa que nadie pod a contar, de toda nación, tribus, pueblos y lenguas, que estaban de pie ante el trono y ante el Cordero, vestidos de túnicas blancas y con palmas en las manos.