descansa en el Se or y espera en él. No te irrite el que triunfa en sus designios ni el que tiene por arte la asechanza.
Apocalipsis 2:3 - Biblia Castilian 2003 Tienes constancia y has sufrido por mi nombre sin desfallecer. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Biblia Nueva Traducción Viviente Has sufrido por mi nombre con paciencia sin darte por vencido. Biblia Católica (Latinoamericana) Tampoco te falta la constancia y has sufrido por mi nombre sin desanimarte, La Biblia Textual 3a Edicion y° tienes perseverancia, y soportaste por causa de mi nombre, y no has desmayado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tienes constancia y has sufrido por mi nombre sin desfallecer. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y has sufrido, y tienes paciencia, y has trabajado por mi nombre y no has desmayado. |
descansa en el Se or y espera en él. No te irrite el que triunfa en sus designios ni el que tiene por arte la asechanza.
No se humillen por m los que en ti esperan, Adonay Se or de los ejércitos, ni se azoren por m los que te buscan, oh Dios de Israel.
Soportaré la ira de Yahveh, pues pequé contra Él, hasta que juzgue mi causa y falle mi juicio. Luego me sacará a la luz y veré su justicia.
Y a un hombre que pasaba por all, que volv a del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo obligan a llevarle la cruz.
Luego les propuso una parábola sobre la necesidad que ten an de orar siempre y de no cansarse nunca.
Y respondió Simón: 'Maestro, toda la noche hemos estado bregando, pero no hemos pescado nada, sin embargo, puesto que tú lo dices, echaré las redes'.
Lo de la tierra buena son los que oyen la palabra con un corazón noble y generoso, la retienen y por su constancia dan fruto.
Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.
Vivid gozosos en la esperanza, firmes en la tribulación, constantes en la oración.
Saludad a Trifena y a Trifosa, que tanto afán ponen en el servicio del Se or. Saludad a la car sima Pérside, que tanto trabajó en el Se or.
a quienes, siendo constantes en el bien obrar, buscan gloria y honra e inmortalidad, les dará vida eterna;
Pero, si estamos esperando lo que no vemos, con constancia y con ansia lo aguardamos.
Nuestra jactancia no nos lleva a traspasar la medida aprovechándonos de trabajos ajenos; por el contrario, tenemos esperanza de que, creciendo la fe entre vosotros, creceremos hasta el desbordamiento de nuestra medida,
¿Son servidores de Cristo? Lo diré como quien delira: ¡mucho más lo soy yo! Más en trabajos, más en cárceles, much simo más en palizas; y, frecuentemente, en peligros de muerte.
Por lo tanto, investidos por la misericordia [de Dios] de este ministerio, no perdemos el ánimo.
Y, por eso, no perdemos el ánimo sino todo lo contrario. Pues aun cuando nuestro hombre exterior se va desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando d a tras d a.
Por eso también nuestra ambición es serle gratos, tanto si estamos domiciliados como si estamos exiliados.
en palizas, en cárceles, en tumultos, en fatigas, en desvelos, en ayunos;
Ayudaos los unos a llevar las cargas de los otros, y as cumpliréis la ley de Cristo.
No nos cansemos de hacer el bien, que a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos.
llevando levantada en alto la palabra de la vida. Esto me servirá de gloria en el d a de Cristo, ya que no habré corrido en vano, ni en vano habré trabajado.
Y a ti te ruego, mi sincero S zigo, que les ayudes, ya que ellas me asistieron en la lucha por el evangelio, junto con Clemente y los demás colaboradores m os, cuyos nombres están en el Libro de la Vida.
para que, fortalecidos bajo todos los aspectos, según el poder de su gloria, con ánimo constante y llenos de alegr a,
ante Dios, nuestro Padre, recordamos la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la constancia de vuestra esperanza en nuestro Se or Jesucristo.
Recordad, si no, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas: trabajando, d a y noche, a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros, proclamamos entre vosotros el evangelio de Dios.
Os rogamos, hermanos, que reconozcáis el esfuerzo de quienes trabajan entre vosotros, están al frente de vosotros en el Se or y os reprenden.
Que el Se or dirija vuestros corazones al amor de Dios y a la perseverante espera de Cristo.
ni comimos gratis el pan en casa de nadie, sino que con nuestros esfuerzos y sudores trabajamos d a y noche, para no ser gravoso a ninguno de vosotros.
nos fatigamos y luchamos porque hemos puesto nuestra esperanza en Dios vivo, que es salvador de todos los hombres, muy especialmente de los creyentes.
Los presb teros que desempe an bien su cargo merecen doble honorario, sobre todo los que trabajan en la palabra y en la ense anza.
Necesitáis constancia, para que, después de cumplir la voluntad de Dios, obtengáis lo prometido,
As, pues, también nosotros, rodeados de tan gran nube de testigos, arrojemos todo lastre y el pecado que nos acosa y corramos con constancia la carrera que se nos presenta,
Por lo tanto, salgamos a su encuentro fuera del campamento, cargados con su oprobio;
Porque Dios no es injusto como para olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado por su nombre, cuando ya antes servisteis al pueblo santo y lo segu s sirviendo ahora.
que no seáis remisos, sino que imitéis a los que por la fe y la constancia han heredado las promesas.
al conocimiento la templanza, a la templanza la constancia, a la constancia la piedad,
Yo, Juan, vuestro hermano y compa ero en la tribulación, en el reino y en la constante espera de Jesús, estuve en la isla llamada Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.
Porque has guardado la consigna de mi constancia, también yo te guardaré en la hora de la prueba que va a venir sobre todo el mundo para probar a los que habitan sobre la tierra.