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Apocalipsis 19:6 - Biblia Castilian 2003

Y o un clamor como de numerosa muchedumbre, como estruendo de muchas aguas y estampido de poderosos truenos, que dec a: '¡Aleluya! Porque ha comenzado a reinar el Se or, nuestro Dios todopoderoso.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces volví a oír algo que parecía el grito de una inmensa multitud o el rugido de enormes olas del mar o el estruendo de un potente trueno, que decían: «¡Alabado sea el Señor! Pues el Señor nuestro Dios, el Todopoderoso, reina.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y oí el ruido de una multitud inmensa como el ruido del estruendo de las olas, como el fragor de fuertes truenos. Y decían: Aleluya. Ahora reina el Señor Dios, el Todopoderoso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y oí como la voz de una gran° multitud, y como ruido de muchas aguas,° y como estruendo de fuertes truenos, que decían: ¡Aleluya! Porque el Señor Dios Todopoderoso asumió el reino.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y oí un clamor como de numerosa muchedumbre, como estruendo de muchas aguas y estampido de poderosos truenos, que decía: '¡Aleluya! Porque ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios todopoderoso.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y oí como la voz de una gran multitud, y como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, diciendo: ¡Aleluya, porque reina el Señor Dios Todopoderoso!

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Lòt tradiksyon



Apocalipsis 19:6
25 Referans Kwoze  

¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Truena tu voz como la suya?


Batid palmas, pueblos todos, aclamad al Se or con voces de alegr a.


Salmodiad al Se or, cantadle salmos, cantad a nuestro rey, ovacionadle.


Las nubes arrojaron aguaceros, emitieron su voz los nubarrones y volaron tus flechas.


Reina el Se or, vestido de majestad, el Se or está ataviado, ce ido de poder, y el orbe está seguro, inconmovible.


Reina el Se or: alégrese la tierra, regoc jense las islas numerosas.


Alegraos, justos, en Yahveh, tributad homenaje al honor de su nombre.


Reina el Se or, los pueblos se conmueven, está sentado sobre querubines, la tierra se estremece.


¡Qué hermosos en los montes los pies del mensajero, pregonero de la paz, mensajero de la dicha, pregonero de la salvación, que dice a Sión: 'Reina tu Dios'.


Exultarán entonces por Babel cielo y tierra y cuanto hay en ellos, cuando vengan desde el norte los devastadores - oráculo de Yahveh -.


O el ruido de sus alas cuando andaban: era como el fragor de aguas abundantes, como la voz de Sadday; un estruendo de multitudes como el estruendo de una batalla. Cuando se paraban, replegaban sus alas.


y vi la gloria del Dios de Israel que ven a de oriente. Su estruendo era como el ruido de aguas caudalosas, y la tierra resplandec a de su gloria.


y no permitas que seamos tentados, sino l branos del mal.


sus pies semejantes a bronce brillante incandescente en el horno y su voz como estruendo de aguas caudalosas.


Yo soy el alfa y la omega, dice el Se or Dios, el que es, el que era y el que ha de venir, el todopoderoso.


Y o una gran voz en el cielo que dec a: 'Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y el imperio de su Cristo. Porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que d a y noche los acusaba ante nuestro Dios.


O una voz del cielo como estruendo de muchas aguas y como estampido de gran trueno. La voz que o a era como de citaristas que tocan sus c taras.


Después de esto o un gran clamor en el cielo, como de numerosa muchedumbre, que dec a: '¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,


Los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dec an: '¡Amén! ¡Aleluya!'.


No vi santuario en ella, porque su santuario es el Se or, Dios todopoderoso, y el Cordero.


Del trono salen relámpagos y voces y truenos. Ante el trono están ardiendo siete antorchas de fuego, que son los siete esp ritus de Dios.


Vi cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos y o al primero de los cuatro seres vivientes que dec a como con voz de trueno: 'Ven'.


Tomó el ángel el incensario, lo llenó de ascuas del altar y lo arrojó sobre la tierra. Y hubo truenos y voces y relámpagos y terremoto.