Como querub n protector te puse de extendidas alas; estabas en la santa monta a de Dios, andabas en medio de piedras de fuego;
Apocalipsis 18:16 - Biblia Castilian 2003 y diciendo: '¡Ay, ay de la gran ciudad, la que se vest a de lujo, púrpura y escarlata, la que se adornaba con oro y piedras preciosas y perlas! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Biblia Nueva Traducción Viviente «¡Qué terrible, qué terrible para esa gran ciudad! ¡Ella se vestía de púrpura de la más alta calidad y lino escarlata, adornada con oro, piedras preciosas y perlas! Biblia Católica (Latinoamericana) dirán a gritos:
'¡Ay, ay, de la Gran Ciudad, la que se vestía de lino, púrpura y escarlata y resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas!' La Biblia Textual 3a Edicion diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estuvo vestida de lino fino, y de púrpura, y de escarlata, y adornada con oro, y piedras preciosas, y perlas, Biblia Serafín de Ausejo 1975 y diciendo: '¡Ay, ay de la gran ciudad, la que se vestía de lujo, púrpura y escarlata, la que se adornaba con oro y piedras preciosas y perlas! Biblia Reina Valera Gómez (2023) y diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran ciudad, que estaba vestida de lino fino y de púrpura y de escarlata, y adornada con oro y piedras preciosas y perlas! |
Como querub n protector te puse de extendidas alas; estabas en la santa monta a de Dios, andabas en medio de piedras de fuego;
N nive es como un estanque; sus aguas se escapan. ¡Deteneos! ¡Deteneos! Pero nadie se vuelve.
Y me llevó en esp ritu a un desierto. Vi a una mujer montada sobre una bestia roja que estaba llena de nombres blasfemos y ten a siete cabezas y diez cuernos.
La mujer estaba vestida de púrpura y grana, con aderezos de oro, piedras preciosas y perlas. Sosten a en la mano una copa de oro, llena de abominaciones y de las impurezas de su fornicación.
y clamaron al contemplar la humareda de su incendio: '¿Qué ciudad semejante a la gran ciudad?'.
Echaron polvo sobre sus cabezas y gritaban llorando y lamentándose, diciendo: '¡Ay, ay de la gran ciudad, de cuya opulencia se enriquecieron cuantos ten an las naves en el mar! Porque en una hora quedó desierta.