y vi la gloria del Dios de Israel que ven a de oriente. Su estruendo era como el ruido de aguas caudalosas, y la tierra resplandec a de su gloria.
Apocalipsis 18:1 - Biblia Castilian 2003 Después vi otro ángel que bajaba del cielo; ten a gran poder y su gloria iluminó la tierra. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Biblia Nueva Traducción Viviente Después de todo esto vi que otro ángel bajaba del cielo con gran autoridad, y la tierra se iluminó con su resplandor. Biblia Católica (Latinoamericana) Después de esto vi bajar del cielo a otro ángel. Era tan grande su poder, que toda la tierra quedó iluminada por su resplandor. La Biblia Textual 3a Edicion Después de estas cosas vi a otro ángel descender del cielo, teniendo gran autoridad, y la tierra fue iluminada con su resplandor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después vi otro ángel que bajaba del cielo; tenía gran poder y su gloria iluminó la tierra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y después de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo gran poder; y la tierra fue alumbrada de su gloria. |
y vi la gloria del Dios de Israel que ven a de oriente. Su estruendo era como el ruido de aguas caudalosas, y la tierra resplandec a de su gloria.
Porque, como el relámpago fulgurante brilla de un extremo a otro del horizonte, as sucederá con el Hijo del hombre en su d a.
aparecerá el imp o, a quien el Se or [Jesús] destruirá con un soplo de su boca y lo aniquilará con la manifestación de su parus a.
Vi a otro ángel poderoso, que bajaba del cielo envuelto en una nube. Ten a sobre su cabeza el arcoiris; su rostro era como el sol y sus piernas como columnas de fuego.
Vino uno de los siete ángeles que ten an las siete copas y me habló diciendo: 'Ven, voy mostrarte el juicio contra la gran prostituta, la que está asentada junto a aguas caudalosas.
Me dijo el ángel: '¿Por qué te asombraste? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, la que tiene las siete cabezas y los diez cuernos.
La ciudad no necesita del sol ni de la luna para que la iluminen, porque la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero.