David y toda la casa de Israel iban danzando delante de Yahveh con todas sus fuerzas y cantando al son de c taras, arpas y t mpanos, c mbalos y trompetas.
Apocalipsis 14:2 - Biblia Castilian 2003 O una voz del cielo como estruendo de muchas aguas y como estampido de gran trueno. La voz que o a era como de citaristas que tocan sus c taras. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas. Biblia Nueva Traducción Viviente Y oí un sonido que venía del cielo, era como el rugido de grandes olas del mar o el retumbar de fuertes truenos. Parecía el sonido de muchos arpistas tocando juntos. Biblia Católica (Latinoamericana) Un ruido retumbaba en el cielo, parecido al estruendo de las olas o al fragor del trueno: era como un coro de cantores que se acompañan tocando sus arpas. La Biblia Textual 3a Edicion Y oí una voz del cielo, como voz de muchas aguas y como voz de un gran trueno, y la voz que oí era como de citaristas que citareaban sus cítaras.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas y como estampido de gran trueno. La voz que oía era como de citaristas que tocan sus cítaras. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y oí una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas. |
David y toda la casa de Israel iban danzando delante de Yahveh con todas sus fuerzas y cantando al son de c taras, arpas y t mpanos, c mbalos y trompetas.
Hicieron su entrada en Jerusalén, en dirección al templo de Yahveh, con arpas, c taras y trompetas.
Cantad la acción de gracias al Se or, ta ed para nuestro Dios al son del arpa:
Que celebren su nombre con la danza, que le canten, con adufes y con arpas,
Celebrad al Se or al son de c taras, cantadle salmos, con el arpa dedacorde;
Entonces entraré hasta el altar de Dios, del Dios que produce mi alegr a. Te alabaré con arpa oh Se or y mi Dios.
Mi corazón, Se or, está dispuesto, mi interior está pronto: quiero cantarte y alabarte.
Pero más que el bramido de las aguas caudalosas, más augusto que el mar en sus rompientes, es augusto en las alturas el Se or.
Al tercer d a, cuando llegó la ma ana, hubo truenos y relámpagos y una espesa nube sobre el monte, y un sonido de cuerno muy fuerte. Se echó a temblar todo el pueblo que estaba en el campamento.
Todo el pueblo percib a los truenos y relámpagos, el sonido del cuerno y la monta a humeante; y viendo todo esto, el pueblo estaba atemorizado y se manten a a distancia.
Él las increpa, y huyen a lo lejos, dispersadas como tamo de los montes por el viento, como remolino de polvo por el huracán.
y vi la gloria del Dios de Israel que ven a de oriente. Su estruendo era como el ruido de aguas caudalosas, y la tierra resplandec a de su gloria.
Yahveh aparecerá sobre ellos, lanzará sus flechas como rayos. El Se or Yahveh tocará la trompeta y caminará entre las borrascas del sur.
Si hablo las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, soy como bronce que suena o como c mbalo que reti e.
Fui arrebatado en esp ritu, el d a del Se or, y o detrás de m una gran voz, como de trompeta,
sus pies semejantes a bronce brillante incandescente en el horno y su voz como estruendo de aguas caudalosas.
Oyeron entonces una gran voz del cielo que les dec a: 'Subid acá'. Y subieron al cielo en la nube, en presencia de sus enemigos.
Tocó el séptimo ángel. Y hubo grandes voces en el cielo que dec an: 'El reino del mundo ha pasado a nuestro Se or y a su Cristo. Él reinará por los siglos de los siglos'.
Vi como un mar transparente, mezclado de fuego. Los vencedores de la bestia y de su imagen y de la cifra de su nombre, de pie sobre el mar transparente, con c taras de Dios,
Ya no se escuchará más en ti voz de citaristas y de cantores, de tocadores de flauta y de trompeta. Ya no se encontrará más en ti artesano de arte alguna. Ya no se escuchará más en ti el ruido de la rueda de molino.
Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron ante el Cordero. Cada uno de ello ten a una citara y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo santo.
Vi cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos y o al primero de los cuatro seres vivientes que dec a como con voz de trueno: 'Ven'.
Tocó el primero. Hubo granizada y fuego mezclado con sangre, que fueron arrojados sobre la tierra y quedó abrasada la tercera parte de la tierra; abrasada la tercera parte de los árboles, abrasada toda la hierba verde.