Apocalipsis 13:6 - Biblia Castilian 2003 Abrió su boca para blasfemar contra Dios y maldijo su nombre, el de su morada y el de los que moran en el cielo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Biblia Nueva Traducción Viviente Y abrió la boca con terribles blasfemias contra Dios, maldiciendo su nombre y su habitación, es decir, a los que habitan en el cielo. Biblia Católica (Latinoamericana) Abrió, pues, su boca para insultar a Dios, insultar su Nombre y su santuario, es decir, a los que habitan en el cielo. La Biblia Textual 3a Edicion Y abrió su boca en blasfemias contra Dios,° para blasfemar su nombre y su tabernáculo, a los que moran° en el cielo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Abrió su boca para blasfemar contra Dios y maldijo su nombre, el de su morada y el de los que moran en el cielo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre y su tabernáculo, y a los que moran en el cielo. |
'El rey actuará a su capricho, se henchirá de soberbia, se ensalzará por encima de todos los dioses y dirá cosas arrogantes contra el Dios de los dioses. Tendrá éxito hasta que la cólera llegue a su colmo, porque lo que está decretado se cumplirá.
Proferirá palabras contra el Alt simo, hará perecer a los santos del Alt simo e intentará cambiar los tiempos y la ley. Entregarán a su poder los santos por un tiempo, dos tiempos y medio tiempo.
Estaba fijándome en los cuernos, y de pronto vi que otro cuerno peque o despuntó entre ellos y que para hacerle sitio arrancaban tres de los cuernos primeros. Noté, además, que este cuerno ten a unos ojos como los de un hombre, y una boca que pronunciaba palabras grandilocuentes.
¡Raza de v boras! ¿Cómo podréis decir cosas buenas, siendo malos? Porque de lo que rebosa del corazón habla la boca.
Porque del corazón salen las malas intenciones, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las injurias.
Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Nosotros vimos su gloria, gloria como de Hijo único que viene del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Sepulcro abierto es su garganta, de sus lenguas se sirven para enga o; veneno de áspides tienen en sus labios,
Se construyó, en efecto, una Tienda, en cuya parte delantera estaba el candelabro, la mesa y los panes presentados a Dios. Esta parte se llamaba 'lugar santo'.
Cristo no entró, en efecto, en un santuario de hechura humana, imagen del auténtico, sino en el propio cielo, para aparecer ahora en la presencia de Dios en favor nuestro.
Oyeron entonces una gran voz del cielo que les dec a: 'Subid acá'. Y subieron al cielo en la nube, en presencia de sus enemigos.
Por esto, alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de la tierra y del mar! Porque ha bajado a vosotros el diablo, pose do de grande furor, sabiendo que le queda poco tiempo'.
Después de esto vi cómo se abr a el santuario de la Tienda del testimonio en el cielo.
Regoc jate por ella, cielo; y también los santos y los apóstoles y los profetas. Porque Dios ejecutó la sentencia que reclamábais contra ella''.
O una gran voz que proced a del trono, la cual dec a: 'Aqu está la morada de Dios con los hombres. Morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos.
Después de esto, miré y vi una puerta abierta en el cielo. Y aquella voz primera, como de trompeta, que hab a hablado conmigo, dec a: 'Sube acá y te mostraré lo que ha de suceder después'.
Alrededor del trono vi veinticuatro tronos y sentados en los tronos veinticuatro ancianos con vestiduras blancas y coronas de oro sobre sus cabezas.
Y o que todos los seres creados que están en el cielo y sobre la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y todo cuanto en éstos hay, respond an: 'Al que está sentado en el trono y al Cordero, la bendición y el honor y la gloria y la fortaleza por los siglos de los siglos'.
Por eso están ante el trono de Dios y le dan culto d a y noche en su santuario, y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.
Después miré y apareció una muchedumbre inmensa que nadie pod a contar, de toda nación, tribus, pueblos y lenguas, que estaban de pie ante el trono y ante el Cordero, vestidos de túnicas blancas y con palmas en las manos.