Determinó Yahveh arrebatar al cielo a El as en un torbellino. El as y Eliseo hab an salido de Guilgal.
Apocalipsis 11:12 - Biblia Castilian 2003 Oyeron entonces una gran voz del cielo que les dec a: 'Subid acá'. Y subieron al cielo en la nube, en presencia de sus enemigos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego una fuerte voz del cielo llamó a los dos profetas: «¡Suban aquí!». Entonces ellos subieron al cielo en una nube mientras sus enemigos los veían. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces una voz poderosa les gritó desde el cielo: 'Suban. Y subieron al cielo en medio de la nube a la vista de sus enemigos. La Biblia Textual 3a Edicion Y oyeron una gran voz procedente del cielo, que les decía: ¡Subid acá! Y subieron al cielo en la nube,° y los contemplaron sus enemigos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Oyeron entonces una gran voz del cielo que les decía: 'Subid acá'. Y subieron al cielo en la nube, en presencia de sus enemigos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos los vieron. |
Determinó Yahveh arrebatar al cielo a El as en un torbellino. El as y Eliseo hab an salido de Guilgal.
Segu an ellos caminando y conversando, cuando apareció un carro de fuego, con caballos también de fuego, que se interpuso entre los dos. Y El as subió al cielo en un torbellino.
Los hijos de los profetas residentes en Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: '¿No sabes tú que Yahveh quiere arrebatar hoy a tu se or por encima de tu cabeza?'. Respondió él: 'S; también yo lo sé. Pero callad'.
Les segu an cincuenta hombres de entre los hijos de los profetas, que se pararon a cierta distancia frente a ellos, cuando ellos dos se detuvieron junto al Jordán.
El imp o al mirarlo, siente enojo, Res rechinando sus dientes, se consume, Sin pues sus propios afanes se malogran. Tau
Salmo. De David. ¿Quién, Se or, podrá ser huésped de tu tienda? ¿Quién de tu santo monte hacer morada?
¿Quién podrá ascender al monte del Se or? ¿Quién en su lugar sagrado mantenerse?
Haz conmigo una muestra de bondad, y verán los que me odian, confundidos, que tú, Se or, eres mi ayuda y mi consuelo.
Atascó las ruedas de sus carros, de modo que avanzaran muy lentamente. Dijéronse entonces los egipcios: 'Huyamos ante Israel porque Yahveh pelea por ellos contra Egipto'.
Tú que dec as en tu corazón: 'Subiré a los cielos, por encima de los astros de Dios elevaré mi trono; me sentaré en el Monte de la Asamblea, en el l mite extremo del norte.
pero los que esperan en Yahveh cobrarán nueva fuerza, les crecerán las alas como a las águilas, correrán y no se fatigarán, andarán y no se cansarán.
Entonces volveréis a distinguir entre justos e imp os, entre quien sirve a Dios y quien no le sirve.
Y en el abismo, estando en medio de tormentos, levantó los ojos y vio desde lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno.
Y dicho esto, fue elevado a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos.
después nosotros, los que vivimos, los supervivientes, seremos arrebatados juntamente con ellos entre nubes, por el aire, al encuentro del Se or. Y as estaremos siempre con el Se or.
Dio a luz un hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.
Al que venza, lo haré sentar conmigo en mi trono como yo también venc y me senté con mi Padre en su trono'.
Después de esto, miré y vi una puerta abierta en el cielo. Y aquella voz primera, como de trompeta, que hab a hablado conmigo, dec a: 'Sube acá y te mostraré lo que ha de suceder después'.