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Apocalipsis 10:5 - Biblia Castilian 2003

Y el ángel que yo hab a visto de pie sobre el mar y sobre la tierra levantó al cielo su mano derecha.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces el ángel que vi de pie sobre el mar y sobre la tierra levantó la mano derecha hacia el cielo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces el ángel que había visto de pie sobre el mar y la tierra levantó su mano derecha al cielo

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su diestra hacia el cielo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y el ángel que yo había visto de pie sobre el mar y sobre la tierra levantó al cielo su mano derecha.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,

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Apocalipsis 10:5
29 Referans Kwoze  

Respondió Abrán al rey de Sodoma: 'Alzo mi mano a Yahveh, Dios Alt simo, creador del cielo y de la tierra,


Y Esdras dijo: '¡Tú eres Yahveh! ¡Tú el único! Tú has hecho los cielos, los cielos de los cielos y todo su ejército, la tierra y cuanto hay en ella, los mares y cuanto en ellos hay. Tú das vida a todo ello, y el ejército de los cielos se postra ante ti.


Dichoso el que en su ayuda tiene al Dios de Jacob, con la esperanza en el Se or su Dios,


Porque en seis d as hizo Yahveh el cielo, la tierra y el mar, y todo cuanto contienen; pero el d a séptimo descansó. Por eso bendijo Yahveh el d a del sábado y lo declaró santo.


Después os introduciré en la tierra que, con la mano en alto, juré dar a Abrahán, Isaac y a Jacob, y que os daré en posesión. Yo, Yahveh''.


Les juré, además, en el desierto, con la mano en alto, que no los llevar a a la tierra que les hab a dado, al pa s que mana leche y miel, el más espléndido de todos los pa ses,


Con la mano en alto les juré también en el desierto que los dispersar a por las naciones y los diseminar a por los pa ses,


Cuando los llevé al pa s que con la mano en alto hab a jurado darles, entonces dondequiera que vieron una colina elevada y cualquier árbol frondoso, all ofrecieron sus sacrificios, all presentaron sus irritantes ofrendas, all pusieron sus perfumes de calmante aroma, all hicieron sus libaciones.


Sabréis que yo soy Yahveh cuando os lleve a la tierra de Israel, al pa s que con la mano en alto juré dar a vuestros padres.


y diles: 'As dice el Se or Yahveh: el d a en que eleg a Israel, con la mano en alto juré a la descendencia de Jacob, me di a conocer a ellos en el pa s de Egipto y con la mano en alto les juré en estos términos: yo soy Yahveh, vuestro Dios.


por eso, as dice el Se or Yahveh: 'Juro con la mano en alto que también las naciones que os rodean soportarán su ultraje'.'


Recibiréis en posesión cada uno en igual proporción que su hermano, porque juré con la mano en alto darlo a vuestros padres. Por eso este pa s os tocará en concepto de herencia'.


Y o al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del r o. Levantó hacia el cielo la mano derecha y la mano izquierda, y juró por el que vive eternamente: 'Dentro de un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo. Cuando termine la opresión del pueblo santo, se cumplirán todas estas cosas'.


diciendo a gritos: '¿Qué hacéis, hombres? También nosotros somos hombres, sujetos a las mismas miserias que vosotros, y os traemos la buena noticia de que debéis convertiros de estas vanidades al Dios vivo que hizo el cielo y la tierra y el mar y todo cuanto hay en ellos.


Porque, al pasar y contemplar vuestros monumentos sagrados, he hallado incluso un altar con esta inscripción: AL DIOS DESCONOCIDO. Pues bien, eso que sin conocer veneráis, es lo que os anuncio yo.


Desde la creación del mundo, están claramente visibles, a través de sus obras, las perfecciones invisibles de Dios, tanto su eterno poder como su deidad, de suerte que ellos no tienen excusa.


S; yo alzo mis manos al cielo y digo: tan cierto como que vivo eternamente,


Efectivamente, cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, no teniendo otro mayor por quien jurar, juró por s mismo,


y el que vive. Estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.


Llevaba en la mano un rollo peque o, abierto. Puso el pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra


y dec a con gran voz: 'Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio. Adorad al que hizo el cielo y la tierra y el mar y los manantiales de aguas'.


El séptimo derramó su copa en el aire. Y salió del santuario una gran voz que proced a del trono y que dec a: '¡Hecho está!'


'Digno eres, Se or y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder. Porque tú creaste todas las cosas, por tu voluntad existen y fueron creadas'.


Y cada vez que los seres vivientes den gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,