Cuando Balaán alzó sus ojos y vio a Israel acampado por tribus, vino sobre él el esp ritu de Yahveh
Apocalipsis 1:10 - Biblia Castilian 2003 Fui arrebatado en esp ritu, el d a del Se or, y o detrás de m una gran voz, como de trompeta, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, Biblia Nueva Traducción Viviente Era el día del Señor, y yo estaba adorando en el Espíritu. De repente, oí detrás de mí una fuerte voz, como un toque de trompeta, Biblia Católica (Latinoamericana) Se apoderó de mí el Espíritu el día del Señor y oí a mis espaldas una voz que sonaba como trompeta: La Biblia Textual 3a Edicion Y estando en espíritu° en el día dominical,° oí detrás de mí una gran° voz, como de trompeta, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Fui arrebatado en espíritu, el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo fui en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, |
Cuando Balaán alzó sus ojos y vio a Israel acampado por tribus, vino sobre él el esp ritu de Yahveh
Él les dice: '¿Cómo, entonces, David, inspirado por el Esp ritu, lo llama Se or, al decir:
Cuando llegó la noche de aquel mismo d a, el primero de la semana, y estando bien cerradas, por miedo de los jud os, las puertas del lugar donde se encontraban los disc pulos, llegó Jesús, se pone delante y les dice: 'Paz a vosotros'.
Ocho d as después, estaban otra vez sus disc pulos dentro, y Tomás con ellos. Estando bien cerradas las puertas, llega Jesús, se pone delante y les dice: 'Paz a vosotros'.
Congregados el primer d a de la semana para partir el pan, Pablo, que ten a la intención de marchar al d a siguiente, se puso a hablarles, y alargó la plática hasta la media noche.
Por eso os hago saber que nadie que habla en Esp ritu de Dios, dice: '¡Maldito sea Jesús!'. Y nadie puede decir: 'Jesús es Se or', sino en el Esp ritu Santo.
El primer d a de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte lo que buenamente haya podido ahorrar, de modo que no se tengan que hacer las colectas precisamente cuando yo vaya.
Y me llevó en esp ritu a un desierto. Vi a una mujer montada sobre una bestia roja que estaba llena de nombres blasfemos y ten a siete cabezas y diez cuernos.
Me llevó en esp ritu a un monte grande y elevado y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, de parte de Dios.