Presérvame de toda rebeld a, no me expongas a las afrentas de los necios.
Amós 8:3 - Biblia Castilian 2003 Gemirán las cantoras del palacio en aquel d a - oráculo del Se or Yahveh -. Los cadáveres serán numerosos; a cualquier lugar se les arrojará en silencio'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y los cantores del templo gemirán en aquel día, dice Jehová el Señor; muchos serán los cuerpos muertos; en todo lugar los echarán fuera en silencio. Biblia Nueva Traducción Viviente En aquel día el canto en el templo se convertirá en lamento. Habrá cadáveres tirados por todas partes. Serán llevados fuera de la ciudad en silencio. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado! Biblia Católica (Latinoamericana) Ese día sólo habrá en el palacio lamentos en vez de alegres cantos. Serán tantos los muertos, que quedarán tendidos en cualquier parte. La Biblia Textual 3a Edicion En aquel día, dice Adonay YHVH, los cantos del palacio se convertirán en aullidos. Muchos serán los cadáveres que en silencio serán echados en cualquier parte. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Gemirán las cantoras del palacio en aquel día -oráculo del Señor Yahveh-. Los cadáveres serán numerosos; a cualquier lugar se les arrojará en silencio'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los cantores del templo aullarán en aquel día, dice el Señor Jehová; muchos serán los cuerpos muertos; en todo lugar serán echados en silencio. |
Presérvame de toda rebeld a, no me expongas a las afrentas de los necios.
Salió el ángel de Yahveh y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. Cuando se levantaron por la ma ana, vieron que no hab a más que cadáveres.
Por eso, as dice Yahveh acerca de Joaqu n, hijo de Jos as, rey de Judá: ¡Ay de este hombre! No se lamentarán por él, diciendo: '¡Ay, hermano m o!', o: '¡Ay, hermana m a!'. No se lamentarán por él: '¡Ay, Se or!', o: '¡Ay su majestad!'.
En tierra están, sentados y mudos, Yod los ancianos de la hija de Sión; echaron ceniza sobre sus cabezas, se ci eron de saco; bajaron la cabeza hasta el suelo las doncellas de Jerusalén.
Aflig os, labradores, gemid, vi adores, por el trigo y la cebada, porque se ha perdido la cosecha del campo.
¡Ce os de saco y gemid, sacerdotes! ¡Lamentaos, ministros del altar! Venid, pasad la noche sobre esteras, ministros de mi Dios, porque faltan en la casa de vuestro Dios la oblación y la libación.
¡Despertad, borrachos, y llorad! ¡Gemid todos, bebedores de vino, por el mosto que os quitan de la boca!
Dijo Moisés a Aarón: esto es lo que hab a dicho Yahveh: 'En los que se me acercan demostraré que yo soy santo y a los ojos de todo el pueblo seré glorificado'. Aarón calló.
Envié contra vosotros una peste como la peste de Egipto; maté con la espada a vuestros jóvenes y vuestros caballos eran capturados; hice subir a vuestras narices el hedor de vuestros campamentos. Pero no habéis vuelto a m - oráculo de Yahveh -.
Por eso, as dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Se or: 'En todas las plazas habrá lamentación, y en todas las calles se dirá: '¡Ay, ay!'. Llamarán a duelo al campesino y a los expertos en lamentaciones.
Se recuestan en divanes de marfil, se tumban indolentes en sus lechos, comen corderos del reba o y terneros escogidos del establo,
improvisan versos al son del arpa, inventan, como David, instrumentos musicales,
El Se or Yahveh lo jura por s mismo - oráculo de Yahveh, Dios Sebaot -: 'Aborrezco el orgullo de Jacob, detesto sus palacios; entregaré la ciudad y cuanto hay en ella'.
Cambiaré en llanto vuestras fiestas, y todos vuestros cantos en lamento; pondré un saco en todas las cinturas, y en todas las cabezas tonsura; haré que haya duelo como por el hijo único, y su fin será como d a de amargura.
jinetes enhiestos, flamear de espadas, fulgor de lanzas, multitud de muertos, montón de despojos, cadáveres sin fin, se tropieza en cadáveres.
¡Silencio ante el Se or Yahveh, porque el d a de Yahveh está cerca! S; Yahveh ha preparado un sacrificio, ha consagrado a sus invitados.