El pueblo callaba y no le respond a una palabra, pues el rey hab a dado esta orden: 'No le respondáis'.
Amós 5:13 - Biblia Castilian 2003 Por eso, el prudente se calla en esta hora, porque es hora de infortunio. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que los que son listos permanecerán con la boca cerrada, porque es un tiempo malo. Biblia Católica (Latinoamericana) Por esto, el hombre prudente tiene que callarse, pues estamos pasando días infelices. La Biblia Textual 3a Edicion (Mientras que el prudente calla ante todo eso, Pues son tiempos peligrosos). Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso, el prudente se calla en esta hora, porque es hora de infortunio. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo. |
El pueblo callaba y no le respond a una palabra, pues el rey hab a dado esta orden: 'No le respondáis'.
Y as yo, igual al sordo que no oye, como el mudo incapaz de abrir la boca,
Hay tiempo de rasgar y tiempo de coser. Hay tiempo de callar y tiempo de hablar.
El hombre desconoce su hora: como los peces capturados en la red o los pájaros presos en el lazo, as son atrapados los hombres por la desventura cuando cae sobre ellos de improviso.
Ellos callaron y no le respondieron palabra, pues el rey hab a dado esta orden: 'No le respondáis'.
Y le dijeron: 'As habla Ezequ as: hoy es d a de angustia, de castigo y de oprobio, porque los hijos han llegado al cuello del útero, pero no hay fuerzas para el alumbramiento.
Entonces entrará su t o o su pariente para sacar de la casa los huesos, y dirá al que está en un rincón de la casa: '¿Hay alguno más contigo?'. Responderá: 'Ninguno'. El otro dirá: '¡Calla! Que no hay que mentar el nombre de Yahveh'.
Por eso, as dice Yahveh: 'Mirad que yo estoy tramando contra esta familia un mal del que no podréis apartar el cuello. No andaréis ya erguidos, pues será un tiempo de desdichas.
Lo he o do y se estremecen mis entra as, ante esa noticia tiemblan mis labios, la caries penetra en mis huesos, vacilan mis pasos al andar. Esperaré tranquilo el d a de angustia que ha de venir sobre el pueblo invasor.
Empu ad, pues, las armas de Dios, para que podáis resistir en el d a adverso y os mantengáis firmes tras vencerlo todo.
Ten en cuenta que en los últimos d as se presentarán coyunturas dif ciles.