2 Timoteo 2:24 - Biblia Castilian 2003 un siervo del Se or no debe polemizar, sino ser afable con todos, buen maestro, tolerante, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; Biblia Nueva Traducción Viviente Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles. Biblia Católica (Latinoamericana) Un servidor del Señor no debe ser peleador, sino comprensivo con todos, buen pedagogo, paciente en las incomprensiones. La Biblia Textual 3a Edicion porque un siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable con todos, apto para enseñar, tolerante; Biblia Serafín de Ausejo 1975 un siervo del Señor no debe polemizar, sino ser afable con todos, buen maestro, tolerante, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino afable para con todos, apto para enseñar, sufrido; |
Entonces llamó el rey al sumo sacerdote Joadá y le dijo: '¿Por qué no has requerido a los levitas para que trajesen de Judá y de Jerusalén la contribución impuesta por Moisés, siervo de Yahveh, y la asamblea de Israel, para la tienda del encuentro?'.
Como un pastor apacienta su reba o Él con su brazo recoge los corderos, en su regazo los lleva y conduce las madres.
Al amanecer, cuando clareaba el d a, se levantó y fue a toda prisa al foso de los leones.
Pusiéronse entonces a discutir los jud os entre s, diciendo: '¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?'.
Y tras un enfrentamiento y un altercado no peque o por parte de Pablo y de Bernabé contra ellos, decidieron que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén, para consultar con los apóstoles y los ancianos esta cuestión.
Se alzó, pues, un griter o inmenso. Se pusieron en pie algunos escribas del partido de los fariseos y declararon con firmeza: 'No encontramos nada malo en este hombre. ¿Y si le ha hablado un esp ritu o un ángel?'.
Al d a siguiente, se presentó ante unos que se estaban peleando e intentó poner paz entre ellos diciéndoles: 'Sois hermanos. ¿Por qué os hacéis da o el uno al otro?'.
Yo mismo, Pablo, os voy a hacer un ruego en nombre de la humildad y la condescendencia de Cristo; yo, tan t mido cuando estoy presente y tan atrevido cuando estoy ausente.
Las armas de mi combate no son carnales, sino que tienen poder divino para derribar fortalezas: derribamos sofismas
Por el contrario, nos acreditamos en toda ocasión como servidores de Dios, con mucha constancia, en tribulaciones, en necesidades, en aprietos,
Por el contrario, el fruto del Esp ritu es amor, alegr a, paz, comprensión, paciencia, bondad, fidelidad,
con toda humildad y mansedumbre, con comprensión, soportándoos unos a otros con amor,
Moisés, el siervo de Dios, murió all, en el pa s de Moab, conforme a la palabra de Yahveh.
Nada hagáis por rivalidad ni por vanagloria, sino más bien con humildad. Que cada cual considere que los otros le son superiores
soportándoos mutuamente, y perdonándoos, si uno tiene alguna queja contra otro: como el mismo Se or os perdonó, as también vosotros.
Y aunque, en nuestra condición de apóstoles de Cristo, podr amos haber impuesto nuestra autoridad, adoptamos, por el contrario, entre vosotros una actitud suave, como una madre que cr a a sus hijos.
Pero tú, que eres hombre de Dios, huye de estas cosas; corre en busca de la honradez, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la mansedumbre.
Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo para llevar a los elegidos de Dios a la fe y al conocimiento de la verdad conforme a la religión,
Porque, como administrador de Dios que es, el obispo tiene que ser irreprochable, no arrogante, ni iracundo, ni bebedor, ni pendenciero, ni codicioso;
adherido firmemente a la palabra auténtica, conforme a la ense anza recibida, para que as también él sea capaz de exhortar con una ense anza saludable y refutar a los contrarios.
que no injurien a nadie, ni sean pendencieros, sino amables, dando prueba cabal de afabilidad ante todo el mundo.
Santiago, siervo de Dios y del Se or Jesucristo, a las doce tribus en la diáspora: salud.
Mas la sabidur a de arriba es, ante todo, pura; luego, pac fica, moderada, indulgente, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sincera.
Codiciáis y no tenéis. Matáis y envidiáis y no podéis conseguir nada. Lucháis y combat s. No tenéis, porque no ped s.
Después de la muerte de Moisés, siervo de Yahveh, habló Yahveh a Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés, y le dijo:
En fin, sed todos de un mismo sentir, compartid alegr as y tristezas, cultivad el amor fraterno, sed misericordiosos, humildes;
Queridos hermanos, he puesto toda mi diligencia en escribiros sobre nuestra común salvación, pues he sentido la necesidad de hacerlo para alentaros a que luchéis por la fe transmitida de una vez para siempre al pueblo santo.