Y luego dijo al hombre: Temer al Se or es sabidur a; huir del mal, inteligencia'.
2 Timoteo 2:19 - Biblia Castilian 2003 Sin embargo, el sólido cimiento de Dios permanece firme y tiene sellada esta inscripción: El Se or conoce a los suyos; y esta otra: apártese de la maldad todo el que invoca el nombre del Se or. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, la verdad de Dios se mantiene firme como una piedra de cimiento con la siguiente inscripción: «El Señor conoce a los que son suyos», y «Todos los que pertenecen al Señor deben apartarse de la maldad». Biblia Católica (Latinoamericana) A pesar de todo no se hunden los sólidos cimientos puestos por Dios, en los cuales está inscrito: El Señor conoce a los suyos, y: Aléjese de la maldad el que invoca el nombre del Señor. La Biblia Textual 3a Edicion Sin embargo, el fundamento de Dios se mantiene firme, teniendo este sello: Conoció° el Señor a los que son suyos, y: Apártese de iniquidad todo el que pronuncia el nombre del Señor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sin embargo, el sólido cimiento de Dios permanece firme y tiene sellada esta inscripción: El Señor conoce a los suyos; y esta otra: apártese de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. |
Y luego dijo al hombre: Temer al Se or es sabidur a; huir del mal, inteligencia'.
pues conoce el Se or el camino del justo, mientras va a la perdición la senda del imp o.
Ten en guarda tu lengua de lo malo Nun y tus labios de palabras enga osas.
Los que amáis al Se or, abominad del mal: él custodia la vida de sus fieles y los salva de manos del imp o.
La tormenta, cuando pasa, derriba al malvado; pero el justo tiene cimientos eternos.
¿Qué se responderá a los mensajeros de esta gente?: que Yahveh ha fundado Sión, y en ella conf an los pobres de su pueblo. (30a) Los indigentes pacerán en mis pastos y los necesitados se acostarán seguros.
Por eso, as dice el Se or Yahveh: 'Mirad que estoy cimentando en Sión una piedra, una piedra probada, angular, preciosa, fundamental, cimentada: quien se apoye en ella no vacilará.
Somos desde hace tiempo como aquellos a los que tú no gobiernas, sobre los que no se invoca tu nombre.
Dejaréis vuestro nombre para imprecación de mis elegidos: '¡Que te mate el Se or Yahveh!'. Pero a mis siervos se les llamará con otro nombre.
Y Yahveh le dijo: 'Pasa por la ciudad, recorre Jerusalén y traza una cruz en las frentes de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que en ella se cometen'.
Yahveh es bueno, Tet es ciudadela en el d a de peligro. Yod Conoce a quienes se refugian en Él cuando descarga la inundación.
En aquel d a - oráculo de Yahveh Sebaot - te tomaré a ti, Zorobabel, hijo de Sealtiel, siervo m o - oráculo de Yahveh -, y te haré mi anillo de sello, porque te he elegido' - oráculo de Yahveh Sebaot -.
He aqu la piedra que pongo delante de Josué: sobre esta única piedra hay siete ojos. Mirad que yo mismo grabaré su inscripción - oráculo de Yahveh Sebaot - y quitaré la iniquidad de este pa s en un solo d a.
Después habló a Coré y a toda su facción, diciéndole: 'Ma ana por la ma ana dará a conocer Yahveh quién es suyo, quién es el consagrado y quién quiere que esté a su lado. Al que él escoja, lo dejará acercarse a él. Haréis, pues, lo siguiente: tomad incensarios, Coré y todos los que estáis de su parte,
porque surgirán falsos cristos y falsos profetas que harán grandes se ales y prodigios, para enga ar, si fuera posible, aun a los mismos elegidos.
Id, pues, y haced disc pulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp ritu Santo
Pero entonces yo les diré abiertamente: 'Jamás os conoc, apartaos de m, fautores de maldad '.
Cayó la lluvia, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y dieron contra la casa aquella; pero no se derrumbó, porque estaba cimentada sobre la roca.
Se lo llevaron y él les pregunta: '¿De quién es esta figura y esta inscripción?'. Ellos le respondieron: 'Del César'.
pues surgirán falsos cristos y falsos profetas que harán se ales y prodigios. Para enga ar, si fuera posible, a los elegidos.
Pero él os repetirá: 'No sé de dónde sois; alejaos de m, todos los fautores de injusticia '.
Se parece a un hombre que, al ponerse a construir una casa, cavó y ahondó y puso los cimientos sobre la roca; cuando llegó la crecida, el torrente se precipitó contra aquella casa, pero no pudo derribarla, por estar bien construida.
No lo digo por todos vosotros pues sé bien a quiénes escog. Pero cúmplase la Escritura: El que come el pan conmigo, ha levantado su calca al contra m.
lo encontró y se lo trajo a Antioqu a. Durante un a o entero convivieron como huéspedes de la comunidad y ense aron a una muchedumbre considerable. Fue en Antioqu a donde, por primera vez, se llamó a los disc pulos 'cristianos'.
para que el resto de los hombres busque al Se or: todos los gentiles sobre los cuales se ha invocado mi nombre. As dice el Se or, el que hace estas cosas,
Y aqu tiene autorización de los pr ncipes de los sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre'.
¡No! Dios no rechazó a su pueblo, al que de antemano reconoció por suyo. ¿O es que no sabéis qué dice la Escritura en la historia de El as? As interpela éste a Dios contra Israel:
Sea el amor sin fingimiento. Aborreced lo malo. Estad firmemente adheridos a lo bueno.
considerando punto de honor el anunciar el Evangelio, pero no all donde el nombre de Cristo ya hab a sido invocado, para no edificar sobre cimiento ajeno,
y para que los gentiles, a su vez, glorifiquen a Dios, demostrando as que es misericordioso, según está escrito: Por eso te alabaré en medio de los pueblos y cantaré himnos en honor de tu nombre.
Sabemos, además, que en todas las cosas interviene Dios para el bien de quienes le aman, de quienes son llamados según su designio.
Pues bien, cuando los dos ni os no hab an nacido todav a ni hab an hecho nada, bueno o malo - para que quedara a salvo el principio de la libre elección divina,
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, a los llamados a ser santos junto con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Se or Jesucristo, Se or de ellos y nuestro:
Teniendo, pues, la posesión de tales promesas, purifiquémonos de todo lo que pueda manchar la carne o el esp ritu y completemos nuestra santificación en el temor de Dios.
pero ahora, que conocéis a Dios, o mejor, que sois conocidos por Dios, ¿cómo volvéis de nuevo a los débiles y pobres elementos, a los que de nuevo queréis esclavizaros?
edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo Jesús,
Y no disgustéis al Esp ritu Santo de Dios, en el cual fuisteis sellados para el d a de la redención.
Pero, si me retraso, quiero que sepas cómo hay que comportarse en la casa de Dios que es la Iglesia del Dios vivo, columna y soporte de la verdad.
atesorando as para s mismos un buen capital para el futuro, hasta lograr la auténtica vida.
Pues él aguardaba aquella ciudad bien asentada sobre los cimientos, de la que Dios es arquitecto y constructor.
Por eso, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que él os halle en paz, sin mancha e irreprensibles.
De nosotros salieron, pero no eran de nosotros. Si hubieran sido de nosotros se habr an quedado con nosotros. Sin embargo, con esto se ha puesto en claro que no todos son de los nuestros.
La bestia que has visto era y ya no es. Está a punto de subir del abismo, pero camina a la perdición. Los moradores de la tierra, aquellos cuyo nombre no está escrito en el libro de la vida desde la creación del mundo, quedarán atónitos, cuando vean la bestia, pues era, ya no es y vuelve a aparecer.
'Conozco dónde moras: all donde está el trono de Satanás. Mantienes firme mi nombre y no has negado mi fe, ni en los d as de Antipas, mi testigo, mi fiel, que fue muerto entre vosotros, ah donde mora Satanás.
La muralla de la ciudad se asentaba sobre doce bases; y sobre ellas, doce nombres, los de los doce apóstoles del Cordero.
'Conozco tus obras. Mira que he dejado ante ti una puerta abierta que nadie puede cerrar; porque, aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre.