Y no volveré a permitir que anden errantes los pies de Israel fuera de la tierra que di a sus padres, a condición de que procuren dar cumplimiento a lo que yo les he ordenado según la ley que les mandó mi siervo Moisés'.
2 Samuel 7:10 - Biblia Castilian 2003 Fijaré un lugar para mi pueblo Israel: all lo plantaré y all morará, sin que sea ya turbado, pues los hijos de la iniquidad no volverán a afligirlo como antes, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio, Biblia Nueva Traducción Viviente Le daré una patria a mi pueblo Israel y lo estableceré en un lugar seguro donde nunca será molestado. Las naciones malvadas no lo oprimirán como lo hicieron en el pasado, Biblia Católica (Latinoamericana) y pondré en el lugar que le corresponde a mi pueblo de Israel. Allí lo plantaré y allí se quedará. Ya no será más sacudido; los malvados ya no seguirán oprimiéndolo como antes, La Biblia Textual 3a Edicion Asimismo he dispuesto un lugar para mi pueblo, para Israel; y lo he plantado para que habite en él, y no sea más removido, ni los hijos de iniquidad continúen oprimiéndolo como al principio, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Fijaré un lugar para mi pueblo Israel: allí lo plantaré y allí morará, sin que sea ya turbado, pues los hijos de la iniquidad no volverán a afligirlo como antes, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Además yo fijaré lugar a mi pueblo Israel, y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como antes, |
Y no volveré a permitir que anden errantes los pies de Israel fuera de la tierra que di a sus padres, a condición de que procuren dar cumplimiento a lo que yo les he ordenado según la ley que les mandó mi siervo Moisés'.
Fijaré un lugar para mi pueblo Israel: all lo plantaré y all morará, sin que sea ya turbado, pues los hijos de la iniquidad no volverán a afligirlo como antes,
Y no volveré a permitir que anden errantes los pies de Israel fuera de la tierra que di a vuestros padres, a condición de que procuren dar cumplimiento a todo cuanto yo les ordené: la ley, los mandamientos y los preceptos transmitidos por medio de Moisés'.
Con los propios o dos, Se or, hemos o do, los padres nos contaron la obra que en sus d as acabaste, en los tiempos antiguos.
No adquirieron el pa s por la fuerza de su espada, ni fue su propio brazo quien les dio la victoria sino tu diestra y tu brazo y la luz de tu presencia, porque los amabas.
Restáuranos, oh Dios de los ejércitos: haz esplender tu rostro y seremos liberados.
Una vid condujiste desde Egipto: expulsaste naciones para poder plantarla.
Entonces el Faraón dio esta orden a todo el pueblo: 'Arrojaréis al Nilo a todo ni o que nazca entre los hebreos, pero dejaréis con vida a las ni as'.
Tú lo harás entrar y tú lo plantarás en el monte de tu herencia, lugar del que hiciste tu morada, ¡oh Yahveh!, santuario que tus manos prepararon, ¡oh Adonay!
La cavó y despedregó, la plantó de cepa selecta. Construyó una torre en su centro, e incluso excavó un lagar. Esperaba que diera uvas, pero dio agraces.
La vi a de Yahveh Sebaot es la casa de Israel; y los hombres de Judá el plantel de sus delicias. Esperaba justicia y mirad: ¡iniquidad! Esperaba honradez y mirad: ¡lamentos!
No se oirá hablar más de violencia en tu pa s, ni de devastación y de ruina en tus fronteras, pues llamarás a tus murallas 'Salvación' y a tus puertas 'Alabanza'.
En tu pueblo todos serán justos, para siempre poseerán la tierra: brote de las plantaciones de Yahveh, obra de sus manos para gloria suya.
Otras veces determino, con respecto a una nación o a un reino, edificar y plantar;
fijo en ellos mis ojos con complacencia, los volveré a este pa s, los reedificaré y no los destruiré, los plantaré y no los arrancaré,
'No habrá ya para la casa de Israel espina punzante ni zarza lacerante entre todos sus vecinos que la desprecian; y sabrán que yo soy el Se or Yahveh'.
En aquel d a - oráculo de Yahveh - me llamará: 'Esposo m o', y no me llamará más: 'Baal m o'.
Los plantaré en su tierra, y ya no serán arrancados de la tierra que les di - dice Yahveh, tu Dios -.
Enjugará toda lágrima de sus ojos y la muerte ya no existirá, ni existirán ya ni llanto ni lamentos ni trabajos, porque las cosas de antes ya han pasado'.
Los israelitas clamaron a Yahveh, pues Yab n ten a novecientos carros de hierro y hab a ejercido una dura opresión sobre los israelitas durante veinte a os.
La fuerza de choque salió del campamento de los filisteos dividida en tres secciones: una tomó el camino de Ofrá, hacia la tierra de Sual;