Pero Abisay, hijo de Servia, lo protegió, hirió al filisteo y le mató. Entonces los hombres de David lo conjuraron y le dijeron: 'No salgas más con nosotros al combate, para que no apagues la lámpara de Israel'.
2 Samuel 22:29 - Biblia Castilian 2003 Tú mantienes mi lámpara encendida, el Se or ilumina mis tinieblas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Tú eres mi lámpara, oh Jehová; Mi Dios alumbrará mis tinieblas. Biblia Nueva Traducción Viviente Oh Señor, tú eres mi lámpara; el Señor ilumina mi oscuridad. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Oh Yavé, tú eres mi luz!
El, Yavé, ilumina mis tinieblas. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Tú eres mi lámpara, oh YHVH! ¡Oh YHVH, Tú alumbras mis tinieblas! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú mantienes mi lámpara encendida, el Señor ilumina mis tinieblas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque tú eres mi lámpara, oh Jehová: Jehová da luz a mis tinieblas. |
Pero Abisay, hijo de Servia, lo protegió, hirió al filisteo y le mató. Entonces los hombres de David lo conjuraron y le dijeron: 'No salgas más con nosotros al combate, para que no apagues la lámpara de Israel'.
A su hijo le quedará una tribu, para que mi siervo David tenga siempre ante m una lámpara en Jerusalén, la ciudad que yo eleg para establecer en ella mi nombre.
cuando sobre mi cabeza luc a su antorcha y su resplandor me guiaba en las tinieblas;
Es una luz para el justo en las tinieblas, Zain el compasivo, clemente y bondadoso. Jet
De David. El Se or es mi luz y mi socorro, ¿de quién he de temer? El Se or es el alcázar de mi vida, ¿de quién he de temblar?
En tus atrios un d a vale mil: yo prefiero estar en la puerta de la casa del Se or, que habitar en las tiendas del imp o.
Quien de vosotros tema a Yahveh, escuche la voz de su Siervo. El que camine en tinieblas y no perciba ningún resplandor, conf e en el nombre de Yahveh y apóyese en su Dios.
Soportaré la ira de Yahveh, pues pequé contra Él, hasta que juzgue mi causa y falle mi juicio. Luego me sacará a la luz y veré su justicia.
Yo soy la luz, y he venido al mundo para que nadie que crea en m quede en tinieblas.
Jesús les habló de nuevo: 'Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no andará en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida'.
La ciudad no necesita del sol ni de la luna para que la iluminen, porque la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero.