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2 Samuel 20:20 - Biblia Castilian 2003

Joab respondió: '¡Muy lejos de m aniquilar o destruir!

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Joab respondió diciendo: Nunca tal, nunca tal me acontezca, que yo destruya ni deshaga.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Joab contestó: —¡Créame, no quiero devorar ni destruir su ciudad!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Joab respondió: 'De ninguna manera quiero yo destruir ni arruinar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y Joab respondió y dijo: ¡Lejos, lejos esté de mí que yo devore o destruya!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Joab respondió: '¡Muy lejos de mí aniquilar o destruir!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Joab respondió, diciendo: Nunca tal, nunca tal me acontezca, que yo destruya ni deshaga.

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Lòt tradiksyon



2 Samuel 20:20
9 Referans Kwoze  

Amasá no hab a reparado en la espada que ten a Joab en la otra mano; y éste le hirió con ella en el vientre y derramó sus entra as por tierra. No tuvo que repetir el golpe. Y Amasá murió. Luego Joab y su hermano Abisay siguieron en persecución de Seba, hijo de Bicr.


Soy una de las ciudades más pac ficas y fieles de Israel; sin embargo, tú intentas traer la muerte a una ciudad que es una metrópoli en Israel. ¿Por qué quieres aniquilar la heredad de Yahveh?'.


No se trata de eso, sino de que hay un hombre de la monta a de Efra n, llamado Seba, hijo de Bicr, que ha levantado su mano contra el rey David. Entrégadmelo, a él solo, y yo me alejaré de la ciudad'. Contestó la mujer a Joab: 'Mira: se te arrojará su cabeza por encima de la muralla'.


al tiempo que dec a: '¡Lejos de m, Yahveh, hacer tal cosa! ¡Es la sangre de los hombres que han ido exponiendo sus vidas!'. Y no quiso beberla. Esto es lo que hicieron los tres héroes.


¿No tienen ellos su dicha en la mano aunque el plan del imp o está lejos de Dios?


¡Y era él quien llenaba sus casas de bienes, aunque el plan del imp o está lejos de Dios!


Quien encubre sus faltas no tiene dicha; quien las confiesa y se enmienda, logrará piedad.


Nada hay más tramposo que el corazón y está desahuciado; ¿quién podrá entenderlo?


Pero él, queriendo justificarse, le preguntó a Jesús: '¿Y quién es mi prójimo?'.