Porque yo, tu siervo, reconozco que he pecado. ¡Y hoy vengo el primero de toda la casa de José y he bajado al encuentro de mi se or, el rey!'.
2 Samuel 16:9 - Biblia Castilian 2003 Entonces Abisay, hijo de Servia, dijo al rey: '¿Por qué ese perro muerto insulta al rey, mi Se or? ¡Perm teme que yo vaya y le corte la cabeza!'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces Abisai hijo de Sarvia dijo al rey: ¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza. Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Cómo es posible que este perro muerto maldiga a mi señor el rey? —exclamó Abisai, el hijo de Sarvia—. ¡Déjeme ir y cortarle la cabeza! Biblia Católica (Latinoamericana) Abisaí, hijo de Seruya, dijo al rey: '¿Por qué ese perro despanzurrado maldice al rey mi señor? Déjame pasar el torrente y le corto la cabeza'. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Abisai hijo de Sarvia dijo al rey: ¿Por qué ha de seguir este perro muerto maldiciendo a mi señor el rey? ¡Con tu venia me adelantaré y le quitaré la cabeza! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces Abisay, hijo de Servia, dijo al rey: '¿Por qué ese perro muerto insulta al rey, mi Señor? ¡Permíteme que yo vaya y le corte la cabeza!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Abisai, hijo de Sarvia, dijo al rey: ¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Yo te ruego que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza. |
Porque yo, tu siervo, reconozco que he pecado. ¡Y hoy vengo el primero de toda la casa de José y he bajado al encuentro de mi se or, el rey!'.
Abisay, hijo de Servia, tomó la palabra y dijo: '¿No va a morir Seme por haber ultrajado al ungido de Yahveh?'.
Joab y su hermano Abisay asesinaron a Abner, porque éste hab a matado a Asael, su hermano, en Gabaón, durante el combate.
Enfurecióse mucho Abner por las palabras de Isbaal y contestó: '¿Soy yo acaso una cabeza de perro perteneciente a Judá? Yo he tenido hasta hoy piedad de la casa de Saúl, tu padre, de sus hermanos y de sus amigos, y no he querido entregarte en manos de David. ¿Y tú hoy me echas en cara una falta con esa mujer?
Volvió aquél a postrarse y dijo: '¿Qué es tu siervo para que te fijes en un perro muerto como yo?'.
No retrasás la ofrenda de la abundancia de tu era y de tu lagar. Me entregarás el primogénito de tus hijos.
Cuando los disc pulos Santiago y Juan vieron esto le dijeron: 'Se or, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo y los devore? '.
Dijo Pablo: 'No sab a, hermanos, que fuera el sumo sacerdote; porque escrito está: No maldecirás al jefe de tu pueblos '.
Como dice el antiguo proverbio: 'De los malos sale la maldad; pero mi mano nunca se alzará contra ti'.