Contestóle su madre: 'Sobre m tu maldición, hijo m o; tú escucha solamente lo que te digo: anda y tráemelos'.
2 Samuel 14:9 - Biblia Castilian 2003 Pero la mujer de Tecoa dijo al rey. '¡Caiga sobre m y sobre la casa de mi padre la culpa, oh mi se or el rey, y queden limpios de ella el rey y su trono!'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey señor mío, la maldad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre; mas el rey y su trono sean sin culpa. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Oh gracias, mi señor el rey! —le respondió la mujer de Tecoa—. Si lo critican por ayudarme, que la culpa caiga sobre mí y sobre la casa de mi padre, y que el rey y su trono sean inocentes. Biblia Católica (Latinoamericana) La mujer de Tecoa dijo al rey: '¡Señor rey, que este problema me afecte sólo a mí y a mi familia, pero que el rey y su trono no tengan por qué preocuparse!' La Biblia Textual 3a Edicion La mujer de Tecoa dijo entonces al rey: ¡Oh rey señor mío, recaiga la iniquidad sobre mí y sobre la casa de mi padre, pero que el rey y su trono sean libres de culpa!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero la mujer de Tecoa dijo al rey. '¡Caiga sobre mí y sobre la casa de mi padre la culpa, oh mi señor el rey, y queden limpios de ella el rey y su trono!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey señor mío, la maldad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre; mas el rey y su trono sean sin culpa. |
Contestóle su madre: 'Sobre m tu maldición, hijo m o; tú escucha solamente lo que te digo: anda y tráemelos'.
Yo respondo de él. Podrás pedirme cuentas. Si no te lo traigo y no te lo pongo delante, seré culpable ante ti para toda la vida.
El rey a adió: 'A quien hable contra ti, tráemelo; pues no volverá a molestarte'.
Replicó el rey a la mujer: 'Vete a tu casa, que yo daré las órdenes oportunas respecto a tu asunto'.
Recaiga la sangre de ellos sobre la cabeza de Joab y la de su descendencia para siempre, mientras que a David y a su linaje, a su casa y a su trono, Yahveh les otorgue paz perpetua'.
No profanéis la tierra en que viv s; porque la sangre profana la tierra, y la tierra no puede purificarse de la sangre que se derramó en ella sino por la sangre de quien la derramó.
Y todo el pueblo respondió: '¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!'.
Luego, echándose a sus pies, exclamó: '¡Que la culpa, oh se or, caiga sobre m ! Pero permite que tu sierva hable en tu presencia y d gnate escuchar las palabras de tu sierva.