A la vuelta de un a o, por el tiempo en que los reyes salen a campa a, mandó salir David a Joab con sus servidores y con todo Israel. Devastaron el pa s de los amonitas y pusieron cerco a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.
2 Samuel 12:26 - Biblia Castilian 2003 Joab siguió atacando a Rabá de los amonitas y se apoderó de la ciudad real. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Joab peleaba contra Rabá de los hijos de Amón, y tomó la ciudad real. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras tanto, Joab luchaba contra la ciudad de Rabá, la capital de Amón, y tomó las fortificaciones reales. Biblia Católica (Latinoamericana) Joab atacó Rabbá de los amonitas y se apoderó de esa ciudad real;' La Biblia Textual 3a Edicion Joab luchaba contra Rabá de los amonitas, y conquistó la ciudad real.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Joab siguió atacando a Rabá de los amonitas y se apoderó de la ciudad real. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Joab peleaba contra Rabá de los hijos de Amón, y tomó la ciudad real. |
A la vuelta de un a o, por el tiempo en que los reyes salen a campa a, mandó salir David a Joab con sus servidores y con todo Israel. Devastaron el pa s de los amonitas y pusieron cerco a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.
Entonces dijo David al mensajero: 'Esto has de decir a Joab: 'No te aflijas por este incidente, pues la espada devora unas veces a unos y otras veces a otros. Refuerza tu ataque contra la ciudad y arrásala. Y tú dale ánimo''.
que envió al profeta Natán para que le impusiera el nombre de Yedid as en honor de Yahveh.
Envió entonces Joab mensajeros a David para que le dijeran: 'Hemos atacado a Rabá y ya me he apoderado de la ciudad de las aguas.
Cuando David llegó a Majanáin, Sob, hijo de Najás, de Rabá de los amonitas, Maquir, hijo de Amiel, de Lo Debar, y Barzilay el galaadita, de Roguel n,
M o es Galaad y m o Manasés, yelmo de mi cabeza es Efra n y Judá, la vara de mi mando;
Haré de Rabá un pastizal de camellos, y del pa s de los amonitas un sesteadero de ovejas; y sabréis que yo soy Yahveh'.
Og, rey de Basán, era el único superviviente de los refa tas. Su cama, que todav a puede verse en Rabá de los amonitas, era de hierro, y med a nueve codos de largo y cuatro de ancho, en codos normales.