pero los arqueros tiraban contra tus servidores desde lo alto de la muralla y murieron algunos de los servidores del rey, entre ellos tu vasallo Ur as, el hitita'.
2 Samuel 11:25 - Biblia Castilian 2003 Entonces dijo David al mensajero: 'Esto has de decir a Joab: 'No te aflijas por este incidente, pues la espada devora unas veces a unos y otras veces a otros. Refuerza tu ataque contra la ciudad y arrásala. Y tú dale ánimo''. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: No tengas pesar por esto, porque la espada consume, ora a uno, ora a otro; refuerza tu ataque contra la ciudad, hasta que la rindas. Y tú aliéntale. Biblia Nueva Traducción Viviente —Bien, dile a Joab que no se desanime —dijo David—. ¡La espada devora a este hoy y a aquel mañana! La próxima vez esfuércense más, ¡y conquistarán la ciudad! Biblia Católica (Latinoamericana) David dijo al mensajero: 'Dile a Joab que no se preocupe más por este asunto, porque la espada devora tanto aquí como acullá. Dile que refuerce su ataque contra la ciudad hasta que la destruya; que se mantenga firme'. La Biblia Textual 3a Edicion Y David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: Que esto no te desagrade, porque la espada devora tanto a uno como a otro. Refuerza tu ataque contra la ciudad y destrúyela. Y tú, aliéntale. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces dijo David al mensajero: 'Esto has de decir a Joab: 'No te aflijas por este incidente, pues la espada devora unas veces a unos y otras veces a otros. Refuerza tu ataque contra la ciudad y arrásala. Y tú dale ánimo''. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: No tengas pesar por esto, porque la espada consume, tanto a uno, como a otro: Refuerza tu ataque contra la ciudad, hasta que la rindas. Y tú aliéntalo. |
pero los arqueros tiraban contra tus servidores desde lo alto de la muralla y murieron algunos de los servidores del rey, entre ellos tu vasallo Ur as, el hitita'.
Cuando la mujer de Ur as se enteró de que hab a muerto su marido, hizo duelo por su se or.
Joab siguió atacando a Rabá de los amonitas y se apoderó de la ciudad real.
Sin embargo, los israelitas cobraron ánimos y se pusieron en orden de batalla en el mismo lugar en que se hab an organizado el d a anterior.
Fijaos bien: si toma el camino de su pa s y sube hacia Bet Semes, es Yahveh quien nos ha tra do esta gran calamidad; en caso contrario, sabremos que no fue su mano la que nos hirió, sino que esto nos ha sucedido por casualidad'.