A punto de entrar en Egipto, dijo a Saray, su mujer: 'Mira, sé que eres una mujer muy hermosa.
2 Samuel 11:2 - Biblia Castilian 2003 Una tarde, David se levantó de su lecho y se puso a pasear por la terraza del palacio real, cuando vio desde la terraza a una mujer que se estaba ba ando, la cual era por cierto muy hermosa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Biblia Nueva Traducción Viviente Una tarde, después del descanso de mediodía, David se levantó de la cama y subió a caminar por la azotea del palacio. Mientras miraba hacia la ciudad, vio a una mujer de belleza singular que estaba bañándose. Biblia Católica (Latinoamericana) Una tarde en que David se había levantado de su siesta y daba un paseo por la terraza, divisó desde lo alto de la terraza a una mujer que se estaba bañando; la mujer era muy hermosa. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que a la hora de la tarde, David se levantó de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa real, y desde el terrado vio a una mujer bañándose, y la mujer era muy hermosa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Una tarde, David se levantó de su lecho y se puso a pasear por la terraza del palacio real, cuando vio desde la terraza a una mujer que se estaba bañando, la cual era por cierto muy hermosa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sucedió que levantándose David de su cama a la hora de la tarde, se paseaba por el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado a una mujer que se estaba lavando, la cual era muy hermosa. |
A punto de entrar en Egipto, dijo a Saray, su mujer: 'Mira, sé que eres una mujer muy hermosa.
Vio la mujer que el árbol ten a frutos sabrosos y que era seductor a la vista y codiciable para conseguir sabidur a; tomó de sus frutos y comió, y dio también a su marido, que estaba con ella. Y también él comió.
La vio Siquén, hijo de Jamor, el jiveo, pr ncipe de aquel pa s, se la llevó, se acostó con ella y la violó.
Dejó, pues, en manos de José todo lo suyo, de manera que sólo se preocupaba del pan que com a. Era José un hombre guapo y apuesto.
vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas y tomaron para s por mujeres de entre todas ellas las que bien quisieron.
Sucedió después de esto que Absalón, hijo de David, ten a una hermana muy bella, por nombre Tamar, y que se enamoró de ella Amnón, hijo de David.
Naciéronle a Absalón tres hijos, y una hija llamada Tamar, que era mujer muy hermosa.
Recab y Baaná, hijos de Rimón de Beerot, se pusieron en camino a la hora más calurosa del d a y llegaron a casa de Isbaal, quien se hallaba en la cama durmiendo la siesta.
Cuando entraron en la casa, Isbaal estaba durmiendo en la cama de su alcoba. Le hirieron de muerte, le cortaron la cabeza, la tomaron consigo y estuvieron huyendo por el camino de la Arabá durante toda la noche.
Enga osa es la gracia, vana la belleza; Sin la mujer que teme a Yahveh, ésa es de alabar.
Cruzó la calle, pasó junto a la esquina y enfiló el camino de la casa de ella,
Y las casas de Jerusalén y las casas de los reyes de Judá serán, como el lugar de Tófet, impuras; as serán todas esas casas en cuyas terrazas se incensó a todo el ejército del cielo y se libaron libaciones a otros dioses'.
Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a plena luz, lo que escucháis al o do, pregonadlo desde las terrazas.
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer con mal deseo, ya cometió adulterio en su corazón [con ella].
Al d a siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, hac a la hora sexta, subió Pedro a la terraza para orar.
Cuando construyas una casa nueva, pondrás un pretil alrededor de tu azotea; as no cargarás contra tu casa responsabilidad de sangre si alguien se cayera de all abajo.
No desearás la mujer de tu prójimo, ni codiciarás la casa de tu prójimo, su campo, su siervo, su sierva, su buey, su asno, ni nada de lo que es suyo'.
porque todo lo que hay en el mundo - los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la jactancia de la opulencia - no proviene del Padre, sino que procede del mundo.
Bajaron luego del alto a la ciudad y Samuel estuvo hablando con Saúl en la terraza.