Pero Ur as se acostó a la entrada del palacio real con todos los servidores de su se or, y no bajó a su casa.
2 Samuel 11:13 - Biblia Castilian 2003 David lo invitó a comer con él, y le hizo beber hasta embriagarse. Al atardecer, Ur as salió para acostarse en su lecho junto a los servidores de su se or, pero no bajó a su casa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y David lo convidó a comer y a beber con él, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa. Biblia Nueva Traducción Viviente David lo invitó a cenar y lo emborrachó. Pero aun así no logró que Urías se fuera a la casa con su esposa, sino que nuevamente se quedó a dormir a la entrada del palacio con la guardia real. Biblia Católica (Latinoamericana) David lo invitó a su mesa a comer y a tomar y lo emborrachó. Sin embargo, Urías tampoco bajó a su casa esa noche; se acostó con los sirvientes de su señor. La Biblia Textual 3a Edicion Después David lo mandó a llamar, y comió y bebió ante él. Y él hizo que se embriagara, pero al anochecer fue a acostarse en su cama con los siervos de su señor, y no bajó a su casa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 David lo invitó a comer con él, y le hizo beber hasta embriagarse. Al atardecer, Urías salió para acostarse en su lecho junto a los servidores de su señor, pero no bajó a su casa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y David lo invitó, y le hizo comer y beber delante de sí, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa. |
Pero Ur as se acostó a la entrada del palacio real con todos los servidores de su se or, y no bajó a su casa.
Le dijo entonces Absalón: 'Pues al menos, que venga con nosotros mi hermano Amnón'. A lo que respondió el rey: '¿Para qué ha de ir contigo?'.
Dijo Moisés a Aarón: '¿Qué te ha hecho este pueblo, para que hayas cargado sobre él tan gran pecado?'.
El vino es insolente; el licor, pendenciero; quien a ellos se entrega no es sabio.
¿A quién los ayes? ¿A quién los lamentos? ¿A quién las disputas? ¿A quién los gemidos? ¿A quién los golpes sin motivo? ¿A quién los ojos nublados?
¡Ay de quien da a beber a su prójimo y mezcla su veneno hasta embriagarlo para contemplar sus desnudeces!