Acerquéme a él y le maté, porque estaba cierto de que no hab a de sobrevivir a su ca da. Tomé luego la diadema que llevaba en la cabeza y el brazalete que ten a en el brazo, y se los he tra do aqu a mi se or'.
2 Samuel 1:9 - Biblia Castilian 2003 D jome entonces: 'Acércate a m y mátame. Se ha apoderado de m un espasmo de muerte, pero todav a estoy lleno de vida'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Él me volvió a decir: Te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida está aún toda en mí. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces me suplicó: “Ven aquí y sácame de mi sufrimiento, porque el dolor es terrible y quiero morir”. Biblia Católica (Latinoamericana) Me dijo: Acércate y dame muerte, todavía me quedan fuerzas pero siento que me voy a desmayar. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces me dijo: Ponte junto a mí y mátame ya, porque la agonía° se ha apoderado de mí, aunque mi vida está todavía en mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Díjome entonces: 'Acércate a mí y mátame. Se ha apoderado de mí un espasmo de muerte, pero todavía estoy lleno de vida'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él me volvió a decir: Yo te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia, y mi vida aún está toda en mí. |
Acerquéme a él y le maté, porque estaba cierto de que no hab a de sobrevivir a su ca da. Tomé luego la diadema que llevaba en la cabeza y el brazalete que ten a en el brazo, y se los he tra do aqu a mi se or'.
Dijo entonces Saúl a su escudero: 'Desenvaina tu espada y atraviésame con ella, no sea que lleguen esos incircuncisos y hagan escarnio de m '. Pero no quiso acceder el escudero, por el gran temor que sent a. Saúl tomó entonces su propia espada y se dejó caer sobre ella.
En aquellos d as buscarán los hombres la muerte y no la encontrarán; desearán morir, pero la muerte huirá de ellos.
Él llamó de inmediato a su joven escudero y le dijo: 'Saca tu espada y remátame, para que nadie diga de m: 'Una mujer lo ha matado''. Su escudero lo traspasó, y él murió.
Dijo entonces a su escudero: 'Desenvaina tu espada y atraviésame con ella, no sea que lleguen esos incircuncisos y me atraviesen y hagan escarnio de m '. Pero no quiso acceder su escudero, por el gran temor que sent a. Saúl tomó entonces su propia espada y se dejó caer sobre ella.