Y, cayendo sobre ellos de noche, él y sus siervos los batieron y acosaron hasta Jobá, al norte de Damasco.
2 Reyes 8:7 - Biblia Castilian 2003 Eliseo fue luego a Damasco. Ben Hadad, rey de Aram, estaba enfermo, y le dieron esta noticia: 'El varón de Dios ha llegado aqu '. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Eliseo se fue luego a Damasco; y Ben-adad rey de Siria estaba enfermo, al cual dieron aviso, diciendo: El varón de Dios ha venido aquí. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego Eliseo fue a Damasco, la capital de Aram, donde el rey Ben-adad estaba enfermo. Cuando alguien le informó al rey que el hombre de Dios había llegado, Biblia Católica (Latinoamericana) Eliseo se fue a Damasco. El rey de Aram, Ben-Hadad, estaba enfermo y le comunicaron la noticia de que el hombre de Dios había llegado. La Biblia Textual 3a Edicion Y Eliseo fue a Damasco, y Ben-adad, rey de Siria, estaba enfermo, y le dijeron: El varón de Dios ha venido aquí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Eliseo fue luego a Damasco. Ben Hadad, rey de Aram, estaba enfermo, y le dieron esta noticia: 'El varón de Dios ha llegado aquí'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Eliseo se fue luego a Damasco, y Benadad, rey de Siria, estaba enfermo, al cual dieron aviso, diciendo: El varón de Dios ha venido aquí. |
Y, cayendo sobre ellos de noche, él y sus siervos los batieron y acosaron hasta Jobá, al norte de Damasco.
Reunió en torno suyo a algunos hombres y se constituyó en jefe de banda. Cuando David los derrotó, se fueron a Damasco, se establecieron all y él se proclamó rey de Damasco.
Un varón de Dios llegó de Judá a Betel, por mandato de Yahveh, cuando Jeroboán estaba de pie junto al altar para quemar incienso,
Entonces Asá tomó cuanta plata y oro quedaba en el tesoro del templo de Yahveh y en el del palacio real y se los entregó a sus servidores, para que se los llevasen a Ben Hadad, hijo de Tabrimón, hijo de Jezión, rey de Aram, que resid a en Damasco, con este propósito:
Ben Hadad, rey de Aram, reunió todo su ejército. Ten a consigo treinta y dos reyes, con caballos y carros. Subió, puso cerco a Samar a y la atacó.
Dijo entonces Ben Hadad: 'Las ciudades que mi padre tomó al tuyo te las devolveré; y tú podrás establecer mercados en Damasco, como mi padre los estableció en Samar a'. 'Y yo - dijo Ajab - por esta alianza te dejaré partir'. Hizo, pues, alianza con él y lo dejó partir.
Ocoz as se cayó desde la baranda de la planta superior de su casa de Samar a y quedó maltrecho. Y envió unos mensajeros a quienes dijo: 'Id a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón, si podré sobrevivir a esta dolencia'.
Viéronlo los hijos de los profetas de Jericó, que estaban a alguna distancia, y dijeron: 'El esp ritu de El as está sobre Eliseo'. Fueron a su encuentro y se postraron en tierra ante él.
Entonces Guejaz, criado de Eliseo, el varón de Dios, se dijo: 'Realmente mi se or ha estado demasiado comedido con ese arameo Naamán, al no aceptar de su mano lo que le tra a. ¡Por vida de Yahveh, que voy a salir corriendo tras él, a ver si puedo conseguir algo!'.
Respondió uno de sus servidores: 'No, mi se or el rey; es Eliseo, el profeta que hay en Israel, quien manifiesta al rey de Israel incluso las palabras que tú pronuncias en tu propia alcoba'.
Después de esto, Ben Hadad, rey de Aram, reunió todo su ejército, subió y sitió a Samar a.
Preguntó el rey a la mujer, y ella se lo contó. Entonces el rey la encomendó a un eunuco diciéndole: 'Haz que se le devuelva todo lo que le pertenec a, con todas las rentas de sus tierras, desde el d a en que abandonó el pa s hasta ahora'.
(8a) porque la capital de Aram es Damasco, y el jefe de Damasco es Res n;
Y como no se mov a, le a adió: 'Vuelve junto a Godol as, hijo de Ajicán, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto al frente de las ciudades de Judá, y quédate con él entre la población; o vete adondequiera que te parezca conveniente ir'. El jefe de la escolta le dio provisiones y un regalo, y lo despidió.
Al no dar con ellos, arrastraron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad vociferando: 'Éstos son los agitadores del mundo entero; han llegado hasta aqu
Ésta es la bendición con que Moisés, hombre de Dios, bendijo, antes de su muerte, a los israelitas.
Llegó la noticia a los de Gaza: 'Sansón está aqu '. Entonces lo rodearon y estuvieron acechando durante toda la noche a la puerta de la ciudad. Esperaron callados toda la noche diciéndose para s: 'Al despuntar la luz del d a lo mataremos'.