Fue Naamán y se lo contó a su se or, diciéndole: 'Esto y esto ha dicho la joven del pa s de Israel'.
2 Reyes 7:9 - Biblia Castilian 2003 Pero se dijeron: 'No está bien lo que estamos haciendo. Hoy es d a de albricias. Si nos estamos callados y esperamos hasta el amanecer, incurriremos en culpa. Vayamos, pues, ahora mismo a anunciarlo al palacio real'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey. Biblia Nueva Traducción Viviente Finalmente se dijeron entre ellos: «Esto no está bien. Hoy es un día de buenas noticias, ¡y nosotros no lo hemos dicho a nadie! Si esperamos hasta la mañana, seguro que nos ocurre alguna calamidad. ¡Vamos, regresemos al palacio y contémosle a la gente!». Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces se dijeron unos a otros: ' Lo que hacemos no está bien, porque hoy es un día de buena noticia y no decimos nada. Si esperamos hasta que salga el sol, no nos irá bien. Vayamos pues a llevar la noticia al palacio del rey'. La Biblia Textual 3a Edicion Después se dijeron el uno al otro: No es bueno lo que hacemos; este día es día de albricias, pero nosotros callamos, y si nos quedamos hasta la mañana, nuestra iniquidad nos alcanzará. Vayamos pues, entremos, e informemos en la casa del rey. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero se dijeron: 'No está bien lo que estamos haciendo. Hoy es día de albricias. Si nos estamos callados y esperamos hasta el amanecer, incurriremos en culpa. Vayamos, pues, ahora mismo a anunciarlo al palacio real'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y se dijeron el uno al otro: No hacemos bien; hoy es día de buenas nuevas, y nosotros callamos; y si esperamos hasta la luz de la mañana, nos alcanzará la maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos las nuevas en casa del rey. |
Fue Naamán y se lo contó a su se or, diciéndole: 'Esto y esto ha dicho la joven del pa s de Israel'.
Llegaron, pues, empezaron a gritar a los centinelas de la ciudad y les dieron la noticia: 'Hemos ido al campamento de los arameos y all no hay nadie ni se oye voz humana; sólo los caballos y los asnos atados, y las tiendas intactas'.
A la entrada de la puerta hab a cuatro leprosos que se dec an unos a otros: '¿Para qué estamos sentados aqu esperando la muerte?
El Se or hab a hecho que en el campamento de los arameos se oyera un gran estruendo de carros, de caballos y de poderoso ejército, y se dijeron unos a otros: 'El rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los hititas y de los egipcios y vienen a atacarnos'.
Llegaron, pues, aquellos leprosos hasta el extremo del campamento y entraron en una tienda; comieron y bebieron y se llevaron consigo plata, oro y vestidos. Después fueron a esconderlo. Volvieron a otra tienda y se llevaron de all lo que hab a y fueron a esconderlo.
pues siete veces cae el justo y se levanta, mientras los malvados sucumben a la miseria.
Yo, el primero, dije a Sión: 'Mira: están aqu, y a Jerusalén env o un mensajero de dicha'.
¡Qué hermosos en los montes los pies del mensajero, pregonero de la paz, mensajero de la dicha, pregonero de la salvación, que dice a Sión: 'Reina tu Dios'.
Pero si no lo hacéis as, pecaréis contra Yahveh y sabed que vuestro pecado no quedará sin castigo.
Pero el ángel les dijo: 'No tengáis miedo. Porque mirad: os traigo una buena noticia que será de grande alegr a para todo el pueblo.