Un carro importado de Musr costaba seiscientos siclos de plata, y un caballo ciento cincuenta. Los exportadores los tra an también para todos los reyes de los hititas y para los reyes de Aram.
2 Reyes 7:7 - Biblia Castilian 2003 Y al atardecer se levantaron y se dieron a la fuga abandonando sus tiendas, sus caballos y asnos, y el campamento tal como estaba; pues hab an huido para salvar sus vidas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y así se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campamento como estaba; y habían huido para salvar sus vidas. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que se llenaron de pánico y huyeron en la oscuridad de la noche; abandonaron sus carpas, sus caballos, sus burros y todo lo demás, y corrieron para salvar la vida. Biblia Católica (Latinoamericana) Habían pues huido al ponerse el sol, abandonando sus tiendas, caballos y burros, en una palabra, el campamento tal cual estaba, pensando sólo en salvar su vida. La Biblia Textual 3a Edicion Por lo que se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, y sus caballos, y sus asnos; dejando el campamento tal como estaba, y habían huido por sus vidas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y al atardecer se levantaron y se dieron a la fuga abandonando sus tiendas, sus caballos y asnos, y el campamento tal como estaba; pues habían huido para salvar sus vidas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y así se levantaron y huyeron al anochecer, dejando sus tiendas, sus caballos, sus asnos y el campamento como estaba; y huyeron para salvar sus vidas. |
Un carro importado de Musr costaba seiscientos siclos de plata, y un caballo ciento cincuenta. Los exportadores los tra an también para todos los reyes de los hititas y para los reyes de Aram.
Cada uno mató a su contrario. Los arameos se dieron a la fuga e Israel los persiguió. Ben Hadad, rey de Aram, logró escapar a u a de caballo con algunos jinetes.
Arroyo es el corazón del rey en manos de Yahveh: que él dirige adonde quiere.
Huye el malvado sin que nadie le persiga, el honrado se siente seguro como un león.
sálvate como una gacela de la trampa, como un pájaro de manos del cazador.
Aquel d a arrojará el hombre a los topos y a los murciélagos los dioses de plata y los dioses de oro que se hab a fabricado para adorarlos,
para que por estas dos cosas irrevocables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos poderoso aliento los que nos acogemos a él, para asirnos a la esperanza que se nos presenta.
Se mantuvieron, cada uno en su puesto, alrededor del campamento. Todos los del campamento corr an, gritaban y buscaban la huida.
Cundió el pánico en el campamento, en el campo y en toda la gente de la guarnición; y hasta la tropa de la avanzadilla fue v ctima del pánico. Tembló la tierra como presa de un terror divino.