Eliseo se volvió, tomó la yunta de bueyes y la sacrificó; con el yugo de los bueyes coció la carne y se la dio a su gente, que la comió. Luego se levantó, se fue tras de El as y entró a su servicio.
2 Reyes 6:15 - Biblia Castilian 2003 El criado del varón de Dios se levantó muy de ma ana y, al salir fuera, se encontró con que un fuerte ejército, con caballos y carros, rodeaba la ciudad. El criado de Eliseo le dijo: '¡Ay, se or m o! ¿Qué haremos?'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? Biblia Nueva Traducción Viviente Al día siguiente, cuando el sirviente del hombre de Dios se levantó temprano y salió, había tropas, caballos y carros de guerra por todos lados. —¡Oh señor! ¿Qué vamos a hacer ahora? —gritó el joven a Eliseo. Biblia Católica (Latinoamericana) El sirviente del hombre de Dios se levantó muy temprano y, cuando salió, vio que un regimiento rodeaba la ciudad con sus caballos y carros. El muchacho dijo a Eliseo: '¡Ay, señor mío! ¿Qué vamos a hacer?' La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando el siervo del varón de Dios madrugó para salir, he aquí un ejército con caballos y carros° rodeando la ciudad. Y su siervo le dijo: ¡Ay, señor mío! ¿Cómo haremos? Biblia Serafín de Ausejo 1975 El criado del varón de Dios se levantó muy de mañana y, al salir fuera, se encontró con que un fuerte ejército, con caballos y carros, rodeaba la ciudad. El criado de Eliseo le dijo: '¡Ay, señor mío! ¿Qué haremos?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y levantándose de mañana el que servía al varón de Dios, para salir, he aquí el ejército que tenía cercada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos? |
Eliseo se volvió, tomó la yunta de bueyes y la sacrificó; con el yugo de los bueyes coció la carne y se la dio a su gente, que la comió. Luego se levantó, se fue tras de El as y entró a su servicio.
Pero Josafat dijo: '¿No hay aqu ningún profeta de Yahveh, para que por medio de él podamos consultar a Yahveh?'. Respondió uno de los servidores del rey de Israel: 'Está aqu está Eliseo, el hijo de Safat, el que vert a agua en las manos de El as'.
Entonces Guejaz, criado de Eliseo, el varón de Dios, se dijo: 'Realmente mi se or ha estado demasiado comedido con ese arameo Naamán, al no aceptar de su mano lo que le tra a. ¡Por vida de Yahveh, que voy a salir corriendo tras él, a ver si puedo conseguir algo!'.
Pero la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre'. Y salió de su presencia leproso, blanquezino como la nieve.
Y envió allá caballos, carros y un fuerte destacamento, que llegaron de noche y rodearon la ciudad.
Respondió él: 'No tengas miedo; que son muchos más los que están con nosotros que los que están con ellos'.
Y sucedió que, mientras uno cortaba un tronco, se le cayó al agua el hierro del hacha y comenzó a gritar: '¡Ay, se or m o, que el hacha era prestada!'.
¡Oh Dios nuestro! ¿No harás tú justicia contra ellos? Porque nosotros no tenemos fuerza frente a una muchedumbre tan grande como ésa que viene contra nosotros y no sabemos qué hacer. Pero hacia ti volvemos nuestros ojos'.
¿Es que no saben comprender los obreros del mal, que devoran a mi pueblo como quien come pan, y no invocan a Dios?
Se levantó Moisés con Josué, ayudante de Moisés, y subió Moisés al monte de Dios.
Pero él les dice: '¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?'. Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar y sobrevino una gran calma.
Llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los jud os. Contaban también con la ayuda de Juan.