Pero insistió tanto que le siguieron y entraron en su casa. Les preparó un banquete, coció ázimos y comieron.
2 Reyes 4:8 - Biblia Castilian 2003 Cierto d a pasaba Eliseo por Sunén. Hab a all una mujer principal, que con insistencia lo invitó a comer. Y en adelante, siempre que pasaba, se deten a all a comer. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. Biblia Nueva Traducción Viviente Cierto día, Eliseo fue a la ciudad de Sunem y una mujer rica que vivía allí le insistió que fuera a comer a su casa. Después, cada vez que él pasaba por allí, se detenía en esa casa para comer algo. Biblia Católica (Latinoamericana) Un día pasaba Eliseo por Sunam. Había allí una mujer rica que lo invitó para que se quedara a comer, y desde ese día, cada vez que pasaba por allí, se detenía en su casa. La Biblia Textual 3a Edicion Aconteció también un día, que pasaba Eliseo por Sunem, y había allí una mujer distinguida, la cual lo invitó con insistencia para que comiera; y así fue que siempre que pasaba por allí, él entraba a comer. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cierto día pasaba Eliseo por Sunén. Había allí una mujer principal, que con insistencia lo invitó a comer. Y en adelante, siempre que pasaba, se detenía allí a comer. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una gran mujer, la cual le constriñó a que comiese del pan; y cuando por allí pasaba, se venía a su casa a comer del pan. |
Pero insistió tanto que le siguieron y entraron en su casa. Les preparó un banquete, coció ázimos y comieron.
También Barzilay de Galaad hab a bajado de Roguel n para atravesar con el rey el Jordán y despedirlo all.
Buscaron por todo el territorio de Israel una doncella hermosa, encontraron a Abisag, la sunamita; y la llevaron al rey.
Creció el ni o. Pero un d a en que salió adonde estaba su padre con los segadores,
Su hacienda se compon a de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas asnas. Contaba, además, con una numerosa servidumbre. Era el más rico entre todos los hijos de Oriente.
No son los muchos a os los que dan sabidur a, ni la vejez la que ense a rectitud.
Porque será grande a los ojos del Se or; jamás beberá vino ni bebida embriagante; estará lleno de esp ritu santo desde el seno de su madre;
Entonces el se or le dijo al criado: 'Pues sal a los caminos y cercados y obliga a la gente a entrar, hasta que mi casa se llene.
Pero insistieron en que se quedara con ellos, diciendo: 'Quédate con nosotros; que es tarde y el d a se acaba'. Entró, pues, para quedarse con ellos.
Tras haberse bautizado ella y los de su familia, nos rogó diciendo: 'Si me habéis juzgado fiel al Se or, entrad y quedaos en mi casa'. Y tanto nos insistió que no pudimos negarnos.
Le dijo entonces el anciano: '¡La paz sea contigo! Corre de mi cargo todo lo que necesites; pero no pases la noche en la plaza'.
Congregáronse los filisteos y fueron a acampar en Sunén. Saúl reunió a todo Israel y lo hizo acampar en Gelboé.