Porque as habla Yahveh, Dios de Israel: 'No se acabará la harina en la orza, ni se agotará el aceite en la alcuza, hasta el d a en que Yahveh mande lluvia sobre la superficie de la tierra''.
2 Reyes 4:6 - Biblia Castilian 2003 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo ella a uno de sus hijos: 'Acércame otra vasija'. Pero él respondió: 'Ya no hay más'. Y entonces el aceite cesó. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Pronto todas las jarras estaban llenas hasta el borde! —Tráeme otra jarra —le dijo a uno de sus hijos. —¡Ya no hay más! —le respondió. Al instante, el aceite de oliva dejó de fluir. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando los cántaros estuvieron llenos, dijo a su hijo: 'Pásame uno más'. Pero éste le dijo: 'Ya no hay más'. Y el aceite dejó de correr. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que cuando las vasijas estaban llenas, dijo a un hijo suyo: Acércame otra vasija; y él le respondió: No hay ni una vasija más. Entonces cesó el aceite. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo ella a uno de sus hijos: 'Acércame otra vasija'. Pero él respondió: 'Ya no hay más'. Y entonces el aceite cesó. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sucedió que cuando las vasijas fueron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otra vasija. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. |
Porque as habla Yahveh, Dios de Israel: 'No se acabará la harina en la orza, ni se agotará el aceite en la alcuza, hasta el d a en que Yahveh mande lluvia sobre la superficie de la tierra''.
Se irritó contra él el varón de Dios y le dijo: 'Si la hubieras herido cinco o seis veces, derrotar as a Aram hasta exterminarlo'. Pero ahora lo batirás sólo tres veces.
Ella se fue de su lado y cerró la puerta tras de s y de sus hijos; éstos le acercaban las vasijas y ella iba vertiendo el aceite.
Todos comieron hasta quedar saciados y recogieron, de los pedazos sobrantes, doce canastos llenos.
Comieron todos hasta quedar saciados; y de los trozos sobrantes recogieron siete cestos llenos.
Entonces les tocó los ojos diciendo: 'Hágase en vosotros conforme a vuestra fe'.
Toda la gente quer a tocarlo, porque sal a de él una fuerza que sanaba a todos.
Una vez saciados, dice a sus disc pulos: 'Recoged los pedazos que han sobrado, para que no se pierda nada'.
Al d a siguiente cesó el maná, una vez que ellos empezaron a comer de los frutos del pa s. Los israelitas ya no volvieron a tener maná. A partir de aquel a o se alimentaron de los frutos del pa s de Canaán.