Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




2 Reyes 4:42 - Biblia Castilian 2003

Llegó después un hombre de Baal Salisá, que tra a en su alforja al varón de Dios pan de primicias: veinte panes de cebada y de trigo nuevo. Y dijo Eliseo: 'Dáselo a la gente para que coma'.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Vino entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y él dijo: Da a la gente para que coma.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Otro día, un hombre de Baal-salisa le trajo al hombre de Dios un saco de grano fresco y veinte panes de cebada que había preparado con el primer grano de su cosecha. Entonces Eliseo dijo: —Dénselo a la gente para que coma.

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Llegó un hombre que venía de Baal-Salisa; en su saco traía al hombre de Dios veinte panes de cebada y de trigo que habían hecho con harina recién cosechada. Eliseo le dijo: 'Dáselos a esos hombres para que coman'.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Un hombre llegó de Baal-salisa, y traía para el varón de Dios pan de las primicias, veinte panes de cebada con espigas de trigo nuevo, y dijo: Dadlo a la gente para que coma.

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Llegó después un hombre de Baal Salisá, que traía en su alforja al varón de Dios pan de primicias: veinte panes de cebada y de trigo nuevo. Y dijo Eliseo: 'Dáselo a la gente para que coma'.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Vino entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y él dijo: Da a la gente para que coman.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



2 Reyes 4:42
22 Referans Kwoze  

Toma contigo diez panes, unas tortas y un tarro de miel, y preséntate a él; que él te dirá lo que va a ser del ni o'.


Volvió Eliseo a Guilgal. Hab a entonces hambre en la región. Estando los hijos de los profetas sentados ante él, dijo a su criado: 'Pon la olla grande y cuece un potaje para los hijos de los profetas'.


El rey de Aram le contestó: 'Vete, pues, y yo enviaré una carta al rey de Israel'. Se puso en camino, llevando consigo diez talentos de plata, seis mil siclos de oro y diez vestidos.


Dijo entonces Eliseo: 'O d la palabra de Yahveh: as habla Yahveh: ma ana a estas horas el seá de flor de harina se conseguirá por un siclo, y dos seás de cebada por un siclo, en la puerta de Samar a'.


También guardarás la fiesta de la siega, de las primicias de tus trabajos, de lo que has sembrado en tus campos. Igualmente, la fiesta de la recolección al fin del a o, cuando hayas recogido del campo el fruto de tus trabajos.


Todo lo mejor del aceite, lo mejor del vino y del trigo, las primicias que ellos entregan a Yahveh, te las doy a ti.


Las primicias de cuanto hay en sus campos y que ellos traen a Yahveh serán para ti. Todo el de tu casa que esté puro podrá comerlo.


Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con las sobras de los cinco panes de cebada que hab an comido.


'Aqu hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es esto para tanta gente?'.


Si nosotros hemos sembrado para vosotros bienes espirituales, ¿qué tiene de extra o que recojamos vuestros bienes materiales?


El que recibe la ense anza de la palabra haga part cipe de todos sus bienes al que le ense a.


Llevaréis all vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y la ofrenda de elevación de vuestras manos, vuestras ofrendas votivas y vuestras oblaciones voluntarias y los primogénitos de vuestro ganado mayor y menor.


cuajada de vacas le da, y leche de ovejas, con enjundia de corderos, de carneros de Basán y de machos cabr os, con la flor de harina de trigo; y como bebida, la sangre espumosa de la uva.


tierra de trigo, de cebada, de vi edos, de higueras y de granados; tierra de olivares, de aceite y de miel;


Recorrió los montes de Efra n y la tierra de Salisá, sin encontrarlas. Atravesaron luego la comarca de Saal n, pero en vano. Recorrieron la tierra de Benjam n y tampoco dieron con ellas.


Respondió Saúl a su criado: 'Bien. Iremos, pero ¿qué le llevaremos a ese hombre? Porque se han agotado ya las provisiones de nuestras alforjas, y no tenemos ningún regalo que podamos ofrecer al hombre de Dios. ¿Qué nos queda?'.