Dijo entonces él: 'Sal fuera y pide vasijas a todas tus vecinas, vasijas vac as, que no sean pocas.
2 Reyes 4:4 - Biblia Castilian 2003 Entra luego y cierra la puerta tras de ti y de tus hijos, vierte aceite en todas esas vasijas, y pon aparte las que vayan quedando llenas'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego ve a tu casa con tus hijos y cierra la puerta. Vierte en las jarras el aceite de oliva que tienes en tu frasco y cuando se llenen ponlas a un lado. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando estés de vuelta, cierra la puerta tras de ti y de tus hijos, echa tu aceite en todos esos cántaros y a medida que se vayan llenando, ponlos aparte'. La Biblia Textual 3a Edicion Luego entrarás y cerrarás la puerta tras de ti y tras de tus hijos, y echarás° en todas esas vasijas, e irás poniendo aparte las que estén llenas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entra luego y cierra la puerta tras de ti y de tus hijos, vierte aceite en todas esas vasijas, y pon aparte las que vayan quedando llenas'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entra luego, y cierra la puerta tras ti y tras tus hijos; y echa en todas las vasijas, y estando una llena, ponla aparte. |
Dijo entonces él: 'Sal fuera y pide vasijas a todas tus vecinas, vasijas vac as, que no sean pocas.
Ella se fue de su lado y cerró la puerta tras de s y de sus hijos; éstos le acercaban las vasijas y ella iba vertiendo el aceite.
Anda, pueblo m o, entra en tus aposentos y cierra tus puertas tras de ti; escóndete apenas un momento, hasta que pase el enojo.
Pero tú, cuando hagas tu oración, entra en tu aposento y, cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te dará la recompensa.
Y se burlaban de él. Pero él, echando a todos fuera, toma consigo al padre y a la madre de la ni a y a los que hab an ido con él, y entra a donde estaba la ni a.
Entonces Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los distribuyó entre los que estaban sentados en el suelo; y lo mismo hizo también con los peces. Y todos tomaron lo que quisieron.
Pedro hizo salir fuera a todos. Luego, puesto de rodillas, oró y, vuelto al cadáver, dijo: 'Tabitá, levántate'. Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.
A aquel que tiene poder sobre todas las cosas y puede hacer incomparablemente más de lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros,