Aunque no desaparecieron los lugares altos, sin embargo el corazón de Asá estuvo integramente con Yahveh durante toda su vida.
2 Reyes 15:4 - Biblia Castilian 2003 No obstante, no desaparecieron los lugares altos, de modo que el pueblo segu a ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Con todo eso, los lugares altos no se quitaron, porque el pueblo sacrificaba aún y quemaba incienso en los lugares altos. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, no destruyó los santuarios paganos, y la gente siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso allí. Biblia Católica (Latinoamericana) Los Altos Lugares, sin embargo, no desaparecieron, y el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los Altos Lugares. La Biblia Textual 3a Edicion Sólo que no se abandonaron los lugares altos, pues el pueblo todavía sacrificaba° y quemaba incienso en los lugares altos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No obstante, no desaparecieron los lugares altos, de modo que el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Con todo, los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo todavía sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. |
Aunque no desaparecieron los lugares altos, sin embargo el corazón de Asá estuvo integramente con Yahveh durante toda su vida.
Siguió en todo la conducta de su padre, Asá, sin apartarse de ella, haciendo lo que es recto a los ojos de Yahveh.
Joás hizo durante toda su vida lo que es recto a los ojos de Yahveh, conforme a la instrucción que le hab a dado el sacerdote Joadá.
No obstante, no desaparecieron los lugares altos y el pueblo segu a ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.
Pero no desaparecieron los lugares altos, de modo que el pueblo segu a ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.
Hizo lo que es recto a los ojos de Yahveh, conforme a todo lo que hab a hecho su padre Amas as.
Hizo lo que es recto a los ojos de Yahveh, enteramente como lo hab a hecho su padre Azar as.
Pero no desaparecieron los lugares altos, y el pueblo segu a ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos. Fue él quien restauró la puerta superior del templo de Yahveh.
Él fue quien suprimió los lugares altos, rompió las estelas, taló los aserás y destrozó la serpiente de bronce que hab a fabricado Moisés, porque hasta aquellos d as los israelitas quemaban incienso ante ella. La llamaban Nejustán.
Su corazón cobró ánimos para seguir los caminos de Yahveh, hasta hacer desaparecer de Judá los lugares altos y las aserás.
¿No es Ezequ as quien suprimió sus lugares altos y sus altares, y dijo a Judá y a Jerusalén: 'Ante un solo altar os postraréis y sólo sobre él habéis de quemar incienso?'.
En el a o octavo de su reinado, siendo aún muy joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el a o duodécimo, comenzó a purificar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, de las aserás y de los dolos fundidos.