Luego a adió: 'Toma las flechas'. Y él las tomó. Dijo Eliseo al rey de Israel: 'Hiere la tierra con las flechas'. La hirió tres veces, y se detuvo.
2 Reyes 13:19 - Biblia Castilian 2003 Se irritó contra él el varón de Dios y le dijo: 'Si la hubieras herido cinco o seis veces, derrotar as a Aram hasta exterminarlo'. Pero ahora lo batirás sólo tres veces. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces el varón de Dios, enojado contra él, le dijo: Al dar cinco o seis golpes, hubieras derrotado a Siria hasta no quedar ninguno; pero ahora solo tres veces derrotarás a Siria. Biblia Nueva Traducción Viviente pero el hombre de Dios se enojó con él y exclamó: —¡Tendrías que haber golpeado el piso cinco o seis veces! Así habrías vencido a Aram hasta destruirlo por completo. Ahora saldrás vencedor solamente tres veces. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces el hombre de Dios se enojó con el rey y dijo: '¡Tenías que haber golpeado cinco o seis veces! Así habrías derrotado a Aram hasta que no quedara nadie. Pero ahora sólo derrotarás a Aram tres veces'. La Biblia Textual 3a Edicion Y el varón de Dios estalló en ira contra él, y dijo: ¡De haber golpeado cinco o seis veces, entonces hubieras herido a Siria hasta acabarla! Pero ahora vencerás a Siria sólo tres veces. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se irritó contra él el varón de Dios y le dijo: 'Si la hubieras herido cinco o seis veces, derrotarías a Aram hasta exterminarlo'. Pero ahora lo batirás sólo tres veces. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el varón de Dios, enojado contra él, le dijo: Al herir cinco o seis veces, habrías herido a Siria, hasta no quedar ninguno: Pero ahora herirás a Siria sólo tres veces. |
Luego a adió: 'Toma las flechas'. Y él las tomó. Dijo Eliseo al rey de Israel: 'Hiere la tierra con las flechas'. La hirió tres veces, y se detuvo.
Y Joás, hijo de Joacaz, volvió a recuperar de manos de Ben Hadad, hijo de Jazael, las ciudades que éste hab a arrebatado a su padre Joacaz por las armas. Tres veces lo derrotó Joás, y as recuperó las ciudades de Israel.
Le dijo él: 'El a o que viene, por este tiempo, abrazarás a un hijo'. Ella le respondió: '¡No, se or m o, varón de Dios; no enga es a tu sierva!'.
Sirvieron la comida a los hombres y, al probarla, éstos, gritaron: '¡La muerte en la olla, varón de Dios!'. Y no pudieron comer.
Entonces Guejaz, criado de Eliseo, el varón de Dios, se dijo: 'Realmente mi se or ha estado demasiado comedido con ese arameo Naamán, al no aceptar de su mano lo que le tra a. ¡Por vida de Yahveh, que voy a salir corriendo tras él, a ver si puedo conseguir algo!'.
El varón de Dios envió a decir al rey de Israel: 'Guárdate de pasar por tal sitio, porque los arameos están bajando all '.
¡Maldito quien haga la obra de Yahveh con negligencia! ¡Maldito quien prive de sangre a su espada!
Moisés preguntó insistentemente por el macho cabr o del sacrificio por el pecado, pero ya hab a sido quemado. Entonces se irritó contra Eleazar e Itamar, los hijos que le quedaban a Aarón, y les dijo:
Moisés se enojó sobremanera y dijo a Yahveh: '¡No aceptes su oblación! Ni siquiera un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he inferido el menor da o'.
Cuando Jesús lo vio, lo llevó muy a mal y les dijo: 'Dejad que los ni os vengan a m, no se lo impidáis; pues el reino de Dios es de los que son como ellos.
Y mirándolos en torno con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: 'Extiende la mano'. Él la extendió, y la mano se le quedó sana.
No pudo, pues, hacer all milagro alguno, fuera de curar a unos pocos enfermos imponiéndoles las manos.