Pero quedó tenso su arco, ágiles fueron sus brazos por las manos del Fuerte de Jacob, por el nombre del Pastor, la Piedra de Israel.
2 Reyes 13:16 - Biblia Castilian 2003 Eliseo dijo al rey de Israel: 'Pon tu mano en el arco'. Y éste puso la mano. Luego Eliseo puso sus manos sobre las del rey Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Luego dijo Eliseo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Y puso él su mano sobre el arco. Entonces puso Eliseo sus manos sobre las manos del rey, Biblia Nueva Traducción Viviente Luego Eliseo le dijo: —Pon tu mano sobre el arco. Eliseo puso sus dos manos sobre las manos del rey. Biblia Católica (Latinoamericana) Eliseo dijo al rey de Israel: 'Toma tu arco con las manos'. Lo hizo. Eliseo puso sus manos sobre las del rey, La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Cuando puso su mano, Eliseo apoyó sus manos sobre las manos del rey, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Eliseo dijo al rey de Israel: 'Pon tu mano en el arco'. Y éste puso la mano. Luego Eliseo puso sus manos sobre las del rey Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Eliseo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Y puso él su mano sobre el arco. Entonces puso Eliseo sus manos sobre las manos del rey, |
Pero quedó tenso su arco, ágiles fueron sus brazos por las manos del Fuerte de Jacob, por el nombre del Pastor, la Piedra de Israel.
Eliseo le dijo: 'Toma un arco y flechas'. Y él tomó el arco y las flechas.
y le dijo: 'Abre la ventana que da al oriente'. Él la abrió. Eliseo le ordenó: '¡Dispara!'. Y disparó. Entonces exclamó Eliseo: '¡Ésta es flecha de victoria de Yahveh, flecha de victoria contra Aram! Tú derrotarás a los arameos en Afec hasta exterminarlos'.
Luego subió y se tendió sobre el ni o, puso su boca sobre la boca de él, sus ojos sobre los ojos, y sus manos sobre las manos, tendido sobre él, y la carne del ni o comenzó a entrar en calor. Luego se retiró y se puso a pasear por la casa de un lado para el otro. Subió de nuevo y se tendió sobre él. Entonces el ni o estornudó hasta siete veces, y al fin abrió los ojos.
De David. Bendito sea el Se or, mi fortaleza, el que adiestra mis manos a la lucha, mis dedos al combate;