2 Reyes 12:3 - Biblia Castilian 2003 Joás hizo durante toda su vida lo que es recto a los ojos de Yahveh, conforme a la instrucción que le hab a dado el sacerdote Joadá. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Con todo eso, los lugares altos no se quitaron, porque el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. Biblia Nueva Traducción Viviente pero aun así, no destruyó los santuarios paganos, y la gente seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso allí. Biblia Católica (Latinoamericana) Yoás hizo lo que agrada a Yavé todo el tiempo que estuvo bajo la tutela del sacerdote Yoyada. La Biblia Textual 3a Edicion Sólo que no se abandonaron los lugares altos,° pues el pueblo todavía seguía sacrificando° y quemando incienso en los lugares altos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Joás hizo durante toda su vida lo que es recto a los ojos de Yahveh, conforme a la instrucción que le había dado el sacerdote Joadá. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Con todo eso los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. |
Aunque no desaparecieron los lugares altos, sin embargo el corazón de Asá estuvo integramente con Yahveh durante toda su vida.
Siguió en todo la conducta de su padre, Asá, sin apartarse de ella, haciendo lo que es recto a los ojos de Yahveh.
Subió al trono en el a o séptimo de Jehú, y reinó cuarenta a os en Jerusalén. Su madre se llamaba Sib a, de Berseba.
Pero no desaparecieron los lugares altos, de modo que el pueblo segu a ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.
Hizo lo que es recto a los ojos de Yahveh, conforme a todo lo que hab a hecho su padre Amas as.
Pero no desaparecieron los lugares altos, y el pueblo segu a ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos. Fue él quien restauró la puerta superior del templo de Yahveh.
No obstante, no desaparecieron los lugares altos, de modo que el pueblo segu a ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.
Hizo lo que es recto a los ojos de Yahveh, enteramente como lo hab a hecho David, su padre.
Él fue quien suprimió los lugares altos, rompió las estelas, taló los aserás y destrozó la serpiente de bronce que hab a fabricado Moisés, porque hasta aquellos d as los israelitas quemaban incienso ante ella. La llamaban Nejustán.
Hizo lo que es recto a los ojos de Yahveh y siguió en todo la conducta de David, su antepasado, sin desviarse ni a la derecha ni a la izquierda.
Y mandó a la gente que resid a en Jerusalén que entregara la parte correspondiente a los sacerdotes y levitas, para que éstos se mostraran más perseverantes en la ley de Yahveh.
Desde antiguo quebraste tu yugo, tus coyundas has roto, diciendo: 'No quiero servir', cuando sobre toda colina elevada y bajo todo árbol frondoso te echabas como prostituta.