Contestó Miqueas: 'Si tú vuelves en paz, es que Yahveh no ha hablado por m '.
2 Reyes 1:10 - Biblia Castilian 2003 Respondió El as al jefe de los cincuenta: 'Si soy un hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta hombres'. Y al instante bajó fuego del cielo y los devoró a él y sus cincuenta. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y Elías respondió y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta. Biblia Nueva Traducción Viviente Elías respondió al capitán: —Si yo soy un hombre de Dios, ¡que caiga fuego del cielo y te destruya a ti y a tus cincuenta hombres! Enseguida cayó fuego del cielo y los mató a todos. Biblia Católica (Latinoamericana) Elías respondió al jefe de los cincuenta: '¡Si soy un hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus ciencuenta hombres!' Y bajó fuego del cielo, y lo devoró a él y a sus cincuenta hombres. La Biblia Textual 3a Edicion Y Elías respondió al capitán de cincuenta, diciendo: Si yo soy varón de Dios, ¡descienda fuego de los cielos y te consuma a ti y a tus cincuenta! Y bajó fuego de los cielos, y lo consumió a él y a sus cincuenta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondió Elías al jefe de los cincuenta: 'Si soy un hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta hombres'. Y al instante bajó fuego del cielo y los devoró a él y sus cincuenta. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Elías respondió, y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo y te consuma con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo y lo consumió a él y a sus cincuenta. |
Contestó Miqueas: 'Si tú vuelves en paz, es que Yahveh no ha hablado por m '.
Volvió a enviarle el rey otro jefe de cincuenta con sus cincuenta hombres, que subió y le dijo: 'Hombre de Dios, esto ordena el rey: '¡Baja en seguida!''.
Pero ellos hac an burla de los mensajeros de Dios, despreciaban sus palabras y se mofaban de sus profetas, hasta que la cólera de Yahveh contra su pueblo creció tanto que ya no hubo remedio.
Estaba hablando todav a, cuando llegó otro y le dijo: 'Del cielo cayó fuego de Dios: fulminó a tus ovejas y a tus criados, y los consumió. Sólo yo he logrado escapar para traerte la noticia'.
Como la orden del rey era severa y el horno era un puro incendio, la llama del fuego abrasó a los que hab an llevado a Sidrac, Misac y Abdénago,
Azar as, puesto de pie en medio de las llamas, abrió sus labios y oró as:
El rey se sintió invadido de una gran alegr a por lo sucedido y mandó que sacaran a Daniel del foso. Cuando lo sacaron, no se le encontró lesión alguna, porque hab a confiado en su Dios.
Salió de delante de Yahveh un fuego que los abrasó, y cayeron muertos ante Yahveh.
Aconteció que el pueblo profirió amargos lamentos que sonaron mal a los o dos de Yahveh. Yahveh lo oyó, se encendió su ira y ardió contra ellos un fuego de Yahveh que devoró un extremo del campamento.
Salió un fuego de Yahveh y abrasó a los doscientos cincuenta hombres que hab an ofrecido el incienso.
Y le responden: 'Acabará con esos malvados de mala manera y arrendará la vi a a otros vi adores que le paguen a su tiempo los frutos correspondientes'.
Cuando los disc pulos Santiago y Juan vieron esto le dijeron: 'Se or, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo y los devore? '.
Herodes lo hizo buscar y, al no encontrarlo, interrogó a los guardias y ordenó que fueran llevados al suplicio. Después bajó de Judea a Cesarea, y se quedó a residir all.
Si alguien pretende causarles mal, saldrá fuego de la boca que devorará a sus enemigos. Si alguien pretende causarles mal, morirá sin remedio.