¡Dichosa tu gente y dichosos tus servidores que están continuamente en tu presencia y escuchan tu sabidur a!
2 Crónicas 9:7 - Biblia Castilian 2003 ¡Dichosa tu gente y dichosos estos servidores tuyos que están continuamente en tu presencia y escuchan tu sabidur a! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos siervos tuyos que están siempre delante de ti, y oyen tu sabiduría. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Qué feliz debe estar tu pueblo! ¡Qué privilegio para tus funcionarios estar aquí en tu presencia día tras día, escuchando tu sabiduría! Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Dichosa toda tu gente! ¡Dichosos estos servidores, que están siempre en tu presencia y escuchan las palabras de tu sabiduría! La Biblia Textual 3a Edicion ¡Dichosos tus hombres, y dichosos estos tus siervos, que continuamente están en tu presencia y oyen tu sabiduría! Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Dichosa tu gente y dichosos estos servidores tuyos que están continuamente en tu presencia y escuchan tu sabiduría! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos tus siervos, que están siempre delante de ti, y oyen tu sabiduría. |
¡Dichosa tu gente y dichosos tus servidores que están continuamente en tu presencia y escuchan tu sabidur a!
No daba yo crédito a lo que se dec a, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos. En realidad, no me dijeron ni la mitad, porque tu gran sabidur a supera la fama que hab a llegado a mis o dos.
¡Bendito sea Yahveh, tu Dios, que se ha complacido en ti poniéndote sobre su trono como rey de Yahveh, tu Dios! Por el amor de tu Dios a Israel, para que éste subsista para siempre, te ha constituido rey, para administrar derecho y justicia'.
Una cosa yo pido del Se or, una cosa suplico: habitar en la casa del Se or, todos los d as de mi vida, para contemplar la belleza del Se or al visitar su templo.
Los labios del justo solazan a muchos; los necios mueren por falta de juicio.
Pues su adquisición más vale que la plata, produce más rentas que el oro.
No te abandonen la bondad y la lealtad: sujétalas a tu cuello, escr belas en la tablilla de tu corazón
Feliz el hombre que me escucha vigilando a mis puertas cada d a, guardando los dinteles de mi entrada; (32b) felices los que guardan mis caminos.
Pero él contestó: 'Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan'.
el que dijo de su padre y de su madre: no les he visto, el que no reconoce a sus hermanos, y a sus hijos ignora; pues ellos guardaron tu palabra y conservarán tu alianza.