Siguió los caminos de la casa de Ajab, haciendo lo que es malo a los ojos de Yahveh, como la casa de Ajab, pues estaba emparentado con ella.
2 Crónicas 22:3 - Biblia Castilian 2003 También él siguió los caminos de la casa de Ajab, pues su madre le aconsejaba obrar imp amente. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 También él anduvo en los caminos de la casa de Acab, pues su madre le aconsejaba a que actuase impíamente. Biblia Nueva Traducción Viviente Ocozías también siguió el mal ejemplo de la familia del rey Acab, porque su madre lo animaba a hacer lo malo. Biblia Católica (Latinoamericana) También él siguió los caminos de la familia de Ajab, pues su madre le aconsejaba mal. La Biblia Textual 3a Edicion También él anduvo en los caminos de la casa de Acab, y su propia madre fue su consejera para que obrara impíamente. Biblia Serafín de Ausejo 1975 También él siguió los caminos de la casa de Ajab, pues su madre le aconsejaba obrar impíamente. Biblia Reina Valera Gómez (2023) También él anduvo en los caminos de la casa de Acab, porque su madre le aconsejaba a que hiciese impíamente. |
Siguió los caminos de la casa de Ajab, haciendo lo que es malo a los ojos de Yahveh, como la casa de Ajab, pues estaba emparentado con ella.
Ocoz as ten a veintidós a os cuando fue proclamado rey, y reinó un a o en Jerusalén. Su madre se llamaba Atal a, hija de Omr.
Hizo, pues, lo que es malo a los ojos de Yahveh, como los de la casa de Ajab, los cuales, después de la muerte de su padre, fueron sus consejeros, para perdición suya.
Después de la muerte de Joadá, vinieron los jefes de Judá a postrarse delante del rey y, en esta ocasión, el rey les prestó o dos.
Porque la imp a Atal a y sus hijos hab an causado destrozos en el templo de Dios, e incluso hab an dedicado a los baales todos los objetos sagrados del templo de Yahveh.
sino que siguió los caminos de los reyes de Israel. Fabricó imágenes fundidas de los baales.
¿No os ha hecho como un mismo ser, de carne y de esp ritu? Y, ¿qué busca este único ser? ¡Una descendencia para Dios! Guardad, pues, vuestro esp ritu. No traicionéis a la esposa de vuestra juventud.
El que ama a su padre o a su madre más que a m, no es digno de m; y el que ama a su hijo o a su hija más que a m, no es digno de m;
Pedro y Juan les respondieron: 'Juzgad si ser a justo ante Dios obedeceros a vosotros más que a Dios.