Aquel d a dirás: 'Te alabo, Yahveh, pues aunque te hab as enojado contra m, se calmó ya tu ira y me has consolado.
2 Corintios 7:6 - Biblia Castilian 2003 Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos trajo el consuelo con la llegada de Tito; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito; Biblia Nueva Traducción Viviente pero Dios, quien alienta a los desanimados, nos alentó con la llegada de Tito. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero Dios, que consuela a los humildes, me confortó con la llegada de Tito. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la venida° de Tito. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos trajo el consuelo con la llegada de Tito; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la venida de Tito; |
Aquel d a dirás: 'Te alabo, Yahveh, pues aunque te hab as enojado contra m, se calmó ya tu ira y me has consolado.
Yo, yo soy quien os consuela. ¿Quién eres tú para que temas al hombre que muere, al hijo de hombre que como hierba es tratado?
Que as dice el Excelso, el Sublime, que reside en la eternidad y cuyo nombre es santo: 'En lo alto y en lo santo resido, y con el quebrantado y humilde de esp ritu, para vivificar el esp ritu de los humildes, para vivificar el corazón de los quebrantados.
he visto sus caminos. Pero voy a sanarlo y a guiarlo; voy a consolarlo. Y para sus afligidos
Se alegrará entonces la doncella en la danza, y los jóvenes y los viejos se regocijarán. Cambiaré su tristeza en gozo; los consolaré y aliviaré sus penas.
Yo rogaré al Padre y él os dará otro Paráclito, que estará con vosotros para siempre:
Y que Dios, fuente de constancia y de consuelo, os conceda tener entre vosotros un mismo sentir, de acuerdo con Cristo Jesús,
Por esto hemos recibido tanto consuelo. Y nuestro consuelo se nos aumentó mucho más con la alegr a de Tito, cuyo esp ritu quedó tranquilizado ante la actitud de todos vosotros.
Y si ante él me enorgullec algo por vosotros, no me avergoncé; al contrario, as como os hablamos todo con verdad, as también nuestro orgullo ante Tito resultó ser verdad.
y no sólo con su llegada, sino también con el consuelo que él hab a recibido entre vosotros. Él nos ha contado vuestro ardiente afecto, vuestro pesar y vuestra preocupación por m, y esto me dio aún más alegr a.
Si hay, pues, un est mulo en Cristo, un aliento de amor, una comunicación de Esp ritu, una entra able ternura y compasión,
y enviamos a Timoteo, nuestro hermano, colaborador de Dios en el evangelio de Cristo, para que os diera ánimos y os afianzara en vuestra fe,