Los que están a las puertas murmuran contra m, y soy la cantinela de los bebedores de licor.
2 Corintios 6:2 - Biblia Castilian 2003 Pues dice: En el momento favorable te atend y en d a saludable te presté ayuda. Ahora es el tiempo favorable; ahora es el d a de salvación. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues Dios dice: «En el momento preciso, te oí. En el día de salvación te ayudé». Efectivamente, el «momento preciso» es ahora. Hoy es el día de salvación. Biblia Católica (Latinoamericana) Dice la Escritura: En el momento fijado te escuché, en el día de la salvación te ayudé. Este es el momento favorable, éste es el día de la salvación. La Biblia Textual 3a Edicion (porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido:° ¡He aquí ahora el tiempo aceptable! ¡He aquí ahora el día de salvación!), Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues dice: En el momento favorable te atendí y en día saludable te presté ayuda. Ahora es el tiempo favorable; ahora es el día de salvación. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable, he aquí ahora el día de salvación. |
Los que están a las puertas murmuran contra m, y soy la cantinela de los bebedores de licor.
en el momento favorable te atiendo, en el d a saludable te ayudo - te formo y te hago alianza del pueblo - para levantar el pa s, para heredar heredades desoladas,
para proclamar el a o de gracia de Yahveh, el d a de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran,
Pasé junto a ti y te vi. Era tu edad, la edad de los amores. Tend entonces sobre ti el borde de mi manto y cubr tu desnudez; te hice juramento, contraje una alianza contigo - oráculo del Se or Yahveh - y fuiste m a.
por el contrario, animaos mutuamente cada d a, mientras aquel hoy perdura, sin que ninguno de vosotros se endurezca por el enga o del pecado.
vuelve a fijar un d a determinado - hoy -, diciendo por boca de David, después de tanto tiempo, conforme a lo ya citado: Sii escucháis hoy su voz no endurezcáis vuestros corazones.