Destruirá la muerte para siempre. Enjugará el Se or Yahveh las lágrimas de todos los rostros; el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra. As lo ha dicho Yahveh.
2 Corintios 5:4 - Biblia Castilian 2003 Los que estamos en esta tienda gemimos agobiados, no porque queramos ser desvestidos, sino sobrevestidos, de suerte que lo mortal quede absorbido por la vida. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras vivimos en este cuerpo terrenal, gemimos y suspiramos, pero no es que queramos morir y deshacernos de este cuerpo que nos viste. Más bien, queremos ponernos nuestro cuerpo nuevo para que este cuerpo que muere sea consumido por la vida. Biblia Católica (Latinoamericana) Sí, mientras estamos bajo tiendas de campaña sentimos un peso y angustia: no querríamos que se nos quitase este vestido, sino que nos gustaría más que se nos pusiese el otro encima y que la verdadera vida se tragase todo lo que es mortal. La Biblia Textual 3a Edicion Porque los que aún estamos en este tabernáculo, gemimos con angustia, por cuanto no queremos ser desvestidos, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los que estamos en esta tienda gemimos agobiados, no porque queramos ser desvestidos, sino sobrevestidos, de suerte que lo mortal quede absorbido por la vida. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque nosotros que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. |
Destruirá la muerte para siempre. Enjugará el Se or Yahveh las lágrimas de todos los rostros; el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra. As lo ha dicho Yahveh.
Mi morada se me arranca, se me quita como tienda de pastores. Enrollé como tejedor mi vida, él me corta la trama. Del d a a la noche me acabas;
Y no es esto sólo; sino que también nosotros mismos, que poseemos las primicias del Esp ritu, gemimos igualmente en nuestro propio interior, aguardando con ansiedad una adopción filial, la redención de nuestro cuerpo.
Mirad: os voy a decir un misterio: no todos moriremos, pero todos seremos transformados,
Y por esto gemimos, anhelando ser sobrevestidos de nuestra morada celestial,
Considero mi deber, mientras habito en esta tienda de campa a, mantener viva vuestra memoria,