2 Corintios 5:12 - Biblia Castilian 2003 Y no es que volvamos a justificarnos ante vosotros, sino que os damos la oportunidad de que os mostréis orgullosos de nosotros, para que tengáis qué responder ante los que se glor an de las apariencias y no del corazón. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón. Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Estamos de nuevo recomendándonos a ustedes? No, estamos dándoles un motivo para que estén orgullosos de nosotros, para que puedan responder a los que se jactan de tener ministerios espectaculares en vez de tener un corazón sincero. Biblia Católica (Latinoamericana) No queremos recomendarnos de nuevo ante ustedes, sino que deseamos darles motivo para que se sientan orgullosos de nosotros y para que sepan responder a los que están tan orgullosos de cosas superficiales pero no de lo interior. La Biblia Textual 3a Edicion No nos recomendamos otra vez a vosotros, sino que os damos ocasión de que vosotros os gloriéis° por nosotros, para que tengáis qué responder° a los que se glorían en la apariencia,° y no en el corazón. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y no es que volvamos a justificarnos ante vosotros, sino que os damos la oportunidad de que os mostréis orgullosos de nosotros, para que tengáis qué responder ante los que se glorían de las apariencias y no del corazón. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pues no nos recomendamos otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis qué responder a los que se glorían en la apariencia y no en el corazón. |
lo mismo que comprendisteis en parte que nosotros somos vuestro orgullo, como vosotros seréis el nuestro en el d a del Se or Jesús.
No nos atrevemos ciertamente a equipararnos o a compararnos con algunos que tanto se recomiendan a s mismos. Sin embargo, cuando a s mismos se toman entre s como medida y se comparan consigo mismos, no obran sabiamente.
Pues no es aceptado el que se recomienda a s mismo, sino aquel a quien el Se or recomienda.
Veis las cosas según las apariencias. Si alguno cree que es de Cristo, piense también esto para s: que como él es de Cristo, también lo somos nosotros.
Y aunque me haya jactado algo excesivamente de la autoridad que el Se or nos dio para edificación vuestra y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré;
He hecho el insensato. Vosotros me obligasteis. Erais vosotros quienes deber ais recomendarme, porque, aunque no soy nada, nada desmerezco frente a esos superapóstoles.
¿Comenzamos de nuevo a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O quizá necesitamos, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros o de vuestra parte?
Por el contrario, nos acreditamos en toda ocasión como servidores de Dios, con mucha constancia, en tribulaciones, en necesidades, en aprietos,
para que, por mi nueva presencia entre vosotros, tengáis en mi persona un nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesús.