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2 Corintios 12:21 - Biblia Castilian 2003

y que, al llegar yo de nuevo, me humille mi Dios ante vosotros, y tenga que llorar por muchos de los que antes pecaron y no se convirtieron de la impureza, fornicación y libertinaje que cometieron.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así es, tengo miedo de que, cuando vaya de nuevo, Dios me humille ante ustedes. Y quedaré entristecido porque varios de ustedes no han abandonado sus viejos pecados. No se han arrepentido de su impureza, de su inmoralidad sexual ni del intenso deseo por los placeres sensuales.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Temo que en esa visita mi Dios me humille otra vez ante ustedes y tenga que lamentarme por muchos que anteriormente vivieron en el pecado, al ver que no han dejado aún las impurezas, la mala conducta y los horrores que cometían entonces.

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La Biblia Textual 3a Edicion

que viniendo de nuevo, me humille mi Dios ante vosotros, y tenga yo que llorar por muchos de los que habían pecado anteriormente, y no se arrepintieron de la impureza, fornicación e indecencia que han practicado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

y que, al llegar yo de nuevo, me humille mi Dios ante vosotros, y tenga que llorar por muchos de los que antes pecaron y no se convirtieron de la impureza, fornicación y libertinaje que cometieron.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No sea que cuando volviere, mi Dios me humille entre vosotros, y haya de llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación, y la lascivia que han cometido.

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Lòt tradiksyon



2 Corintios 12:21
37 Referans Kwoze  

Mientras Esdras oraba, llorando y postrado ante el templo de Dios, se congregó en torno a él un concurso muy numeroso de israelitas: hombres, mujeres y ni os. El pueblo lloraba muy copiosamente.


Al o r esto, rasgué mis vestiduras y mi manto, me arranqué pelos de la cabeza y de la barba y me senté desolado.


R os de agua descienden de mis ojos de que tu ley no sea observada.


Volvió Moisés a Yahveh y le dijo: 'Ciertamente, este pueblo ha cometido un grave pecado al fabricarse un dios de oro.


Si no escucháis esto, llorará en secreto mi alma ante tal orgullo, se deshará en lágrimas; derramarán lágrimas mis ojos, porque es llevada cautiva la grey de Yahveh.


¡Quién me diera en el desierto un albergue de caminantes! Abandonar a a mi pueblo, me marchar a de su lado, pues todos son adúlteros, una banda de traidores.


Como en pleno d a, caminemos con decencia: no en org as ni borracheras; no en fornicaciones ni lujurias; no en discordias ni envidias.


siento gran tristeza y profundo e incesante dolor en mi corazón.


Por todas partes corre la noticia de un caso de lujuria, entre vosotros, pero tal lujuria que ni entre los paganos existe: que hay uno que vive con la mujer de su padre.


y estamos dispuestos a castigar cualquier rebeld a, cuando se haya logrado vuestra sumisión.


o sea, a causa de tan grandes revelaciones. Por eso, para que no me arrastre la soberbia, se me clavó un aguijón en la carne: un enviado de Satanás, para que me abofetee, a fin de que no me envanezca.


Dije antes, y ahora repito, ausente, lo mismo que hice la segunda vez, cuando estaba presente, a los que antes pecaron y a todos los demás: que, de venir otra vez, ya no tendré miramientos,


Dadles, pues, ante las iglesias, pruebas de vuestro amor y del leg timo orgullo que tenemos por vosotros.


Ahora bien, son de sobra conocidas las obras de la carne, a saber: lujuria, impureza, libertinaje,


Me volv y bajé de la monta a, que ard a toda en llamas, llevando en mis manos las dos tablas de la alianza.


Me postré, pues, delante de Yahveh y permanec as postrado aquellos cuarenta d as y cuarenta noches, pues Yahveh hablaba de exterminaros.


Haced morir, pues, cuanto hay de terreno en vosotros: lujuria, impureza, pasión, deseo malo, y la sed de lucro, que es una idolatr a.


Tengan todos en alta estima el matrimonio y sea sin mancha el lecho conyugal. Pues Dios condenará a libertinos y adúlteros.


Profiriendo discursos ampulosos y vac os, seducen con pasiones de la carne y desenfrenos a los que apenas han acabado de distanciarse de los que viven en el error.


y salvadlos, arrancándolos del fuego. De los otros, compadeceos también, pero con precaución, aborreciendo hasta la túnica contaminada de su carne.


Y de igual modo, también Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas sirven de escarmiento y sufren el castigo de un fuego eterno, porque, lo mismo que ellos, se entregaron a la prostitución y a los vicios contra la naturaleza.


Pero los cobardes, los incrédulos, los culpables de abominación, los homicidas, los fornicarios, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros, compartirán el lago que arde con fuego y azufre. Ésta es la segunda muerte'.


Fuera quedarán los perros, los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira'.


Dice el que da fe de estas cosas: 'S, vengo pronto'. Amén. 'Ven, Se or Jesús'.


Samuel no volvió a ver a Saúl hasta el d a de su muerte. Pero Samuel se lamentaba por Saúl, porque Yahveh se hab a arrepentido de haberlo constituido rey de Israel.