Si acaso viene a verme, dice cosas triviales, hace acopio de mal en su interior y, al salir a la calle, lo comenta.
2 Corintios 12:20 - Biblia Castilian 2003 Porque temo que quizás, al llegar, no os encuentre tales como yo quisiera, y que vosotros me encontréis a m tal como no querr ais: que tal vez haya discordia, envidia, enconos, rivalidades, calumnias, murmuraciones, arrogancias, desórdenes; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pues me temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes; Biblia Nueva Traducción Viviente Pues temo que, cuando vaya, no me gustará lo que encuentre, y que a ustedes no les gustará mi reacción. Temo que encontraré peleas, celos, enojo, egoísmo, calumnias, chismes, arrogancia y conducta desordenada. Biblia Católica (Latinoamericana) Temo que, si voy a verlos, no los encuentre como quisiera y que ustedes, a su vez, no me encuentren a mí como desearían. Quizá haya rivalidades, envidias, rencores, disputas, calumnias, chismes, soberbia, desórdenes. La Biblia Textual 3a Edicion Porque temo que al ir, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado por vosotros como no queréis; no sea que haya contienda,° envidia,° animosidades, ambiciones egoístas, difamaciones, chismes, engreimientos, desórdenes;° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque temo que quizás, al llegar, no os encuentre tales como yo quisiera, y que vosotros me encontréis a mí tal como no querríais: que tal vez haya discordia, envidia, enconos, rivalidades, calumnias, murmuraciones, arrogancias, desórdenes; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pues temo que cuando llegare, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, disensiones, insidias, murmuraciones, presunciones, desórdenes. |
Si acaso viene a verme, dice cosas triviales, hace acopio de mal en su interior y, al salir a la calle, lo comenta.
están repletos de toda suerte de perversión, de malicia, codicia y maldad; llenos de envidia, de homicidios, de ri as, fals a y mala entra a; son difamadores,
calumniadores, opuestos a Dios, insolentes, soberbios, fanfarrones, maquinadores de maldades, rebeldes a sus padres,
pero a quienes, obstinándose en la rebeld a y resistiendo a la verdad, se entregan a la perversión los hará objeto de su ira y su furor.
Porque, hermanos m os, los de Cloe me han informado que entre vosotros hay discordias.
pues Dios no es Dios de desorden, sino de paz. Como en todas las reuniones de los fieles,
¡Y todav a continuáis inflados de orgullo! ¿No deber ais más bien haberlo lamentado y haber expulsado de entre vosotros al que ha cometido semejante acción?
Por mi vida, y pongo a Dios por testigo, que si no he ido todav a a Corinto ha sido precisamente por consideración a vosotros.
Os suplico, pues, que una vez que no esté entre vosotros, no tenga que emplear aquella osad a con que opino que debo proceder contra algunos que piensan que nosotros caminamos según la carne.
y estamos dispuestos a castigar cualquier rebeld a, cuando se haya logrado vuestra sumisión.
y que, al llegar yo de nuevo, me humille mi Dios ante vosotros, y tenga que llorar por muchos de los que antes pecaron y no se convirtieron de la impureza, fornicación y libertinaje que cometieron.
Dije antes, y ahora repito, ausente, lo mismo que hice la segunda vez, cuando estaba presente, a los que antes pecaron y a todos los demás: que, de venir otra vez, ya no tendré miramientos,
Me propuse, pues, no haceros una visita que fuera, de nuevo, motivo de tristeza.
Si, pues, os mordéis y os devoráis mutuamente, estad atentos, no sea que os destruyáis unos a otros.
No habléis mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano, o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino su juez.
Despojaos, pues, de toda maldad y de toda falsedad, de hipocres as, de envidias y de toda clase de maledicencias.
Profiriendo discursos ampulosos y vac os, seducen con pasiones de la carne y desenfrenos a los que apenas han acabado de distanciarse de los que viven en el error.
Éstos son murmuradores; se quejan y caminan según sus deseos; su boca formula insolencias y adulan por interés.